(Texto introductorio del libro de poemas “Corazón de la palabra”, donde su autor, Pedro Chavajay, reflexiona sobre el ejercicio de intertextualidad presente en su escritura en lengua materna, el maya Tz’utujil).
Permítanme hablar de ciertos aspectos que me interesan y que los lectores tengan en cuenta en el objetivo de este libro. He venido trabajando la intertextualidad, desde un ejercicio que me permite acercarme más allá de un lenguaje alfabético al poema. Para mí, la intertextualidad no representa el traslado de una palabra de un idioma a otro, en este caso del maya Tz’utujil al español. Para abortar todo método usado, me baso y mi punto de origen es crear armonía entre un contexto con el otro. Dentro de la palabra llamad literatura, me ha servido el tiempo de ir más allá de un lenguaje de concepto, hablando de los contextos de dos idiomas, aquí haré énfasis en mi idioma materno (Tz’utujil), el cual trabajo desde la intertextualidad y percibo en dos mundos al mismo tiempo, lo que implica afilar palabra por palabra hasta encontrar ese sentido emotivo a la percepción. Me baso en mi realidad. Los pueblos al sur del lago Atitlán quienes hablamos el idioma Tz’utujil: Santiago Atitlán, San Pedro La Laguna, San Juan La Laguna, San Pablo La Laguna, Santa María Visitación, sin dejar a un lado nuestras familias que por historia fueron a vivir a San Pedro Kutzan (Boca Costa), sorprende que entre los pueblos existen palabras que compartimos en el uso cotidiano, y que su fonética varía y cambia su contexto según el pueblo que lo emplea, es la riqueza que encontramos en el idioma, también eso le da vida. Las variantes tanto fonética como conceptuales, radica en que cada pueblo lo emplea según su historia. En san Pedro la Laguna para decir “¿Dónde?” decimos actualmente b’atri’, en Santiago Atitlán dicen b’atzra’, cuando en San Juan La Laguna emplean el concepto b’a k’i’. Si se estudian las palabras como concepto tienen la misma raíz, el tiempo hizo que la fonética cambiara, es más, hay mucho que analizar desde los idiomas, territorios, historias y contextos, analizo estas palabras para ilustrar la intención de este libro-poema. Desde mi creación, enriquece la variedad de cada pueblo, en su conjunto representa un desafío, de cómo concebir, imaginar y crear. Hay una forma antigua de hablar mi idioma la forma que usaron los abuelos, solo quedan pocos abuelos que lo saben y lo emplean, a este momento ha cambiado demasiado, puedo decir el antiguo es más poético en comparación con la forma que se emplea hoy día, la forma como la academia de lenguas mayas con sus consensos entre los pueblos hablantes formuló, así se presentan en los libros de textos, crea confusión, porque respeta una sola forma, entendiendo que desde el origen era una sola forma, pero ahora ya no es lo mismo. Necesitamos entender que no podemos mantener una sola forma, la evolución del idioma en los hablantes ha definido al pueblo, de las variantes nace la originalidad y la identidad de cada pueblo, la forma que yo empleo en mis textos, es la forma a donde ha evolucionado el idioma Tz’utujil de San Pedro, con toda la resistencia frente a la influencia de la globalización. La disputa que tengo y cómo me presento en estos poemas, podría ser cuestionada por los lingüistas de cómo pude haber escrito las palabras o los textos, mi manera es personal no recurro a reglamentos rígidos que puedan limitar el uso de palabras o formas. Los diferentes idiomas mayas que se hablan en Guatemala, es el claro relajo de que los idiomas perdieron mucho al ser adaptados al alfabeto castellano, un poema que aquí presento me da la utopía de decir: “antes, el lenguaje era sonido/ a través de los sonidos nos sentíamos/ cuando el mundo/ empezó a dar alfabeto al sonido/ se distorsionó/ hacia el dominio de nombrar las cosas”. En mi idioma muchas formas/conceptos que no tienen cabida en el alfabeto castellano, a veces adoptan una forma fonético-concepto, desde el Tz’utujil veamos esta palabra, cuando un objeto tosco es golpeado con otro objeto de su misma cualidad, el sonido que causan estos objetos, en Tz’utujil lo nombramos k’on y k’on no tiene traducción como tal en español, lo cual k’on además de que es un sonido se convierte en verbo, y es común escuchar qas ta qank’onk’oi’ ja rbi’ traducido es: “golpeó su cabeza”, o “su cabeza lo golpeó” y es posible decir “su cabeza rebotó sobre algo duro”, aquí también se aplica el termino k’on a cosas reales. No puedo dejar atrás la palabra Q’omaneel, que es un claro ejemplo de la profundidad de su significado: Q’omaneel, el quien es curandero o curandera, quien trabaja con las plantas. Q’omaneel, el quien trabaja con la música, o taca un instrumento. Q’omaneel, el quien es pintor, quien emplea el color. Los textos que presento en este libro, para mí tienen mucha importancia porque son concebidos desde el Tz’utujil, pensados desde el Tz’utujil objetados en Tz’utujil, y el resultado de los textos en Tz’utujil a veces se transforma en otro texto, tratando de mantener sus ritmos emotivos. Si el idioma Tz’utujil, un idioma de seis pueblos con una aproximación de 100,000 maya hablantes a diferencia de los otros idiomas con muchos más hablantes, habrá mucho que descubrir y analizar. Con alegría comparto el proceso de concebir, pensar, imaginar desde mi idioma materno, desde mi realidad, un contexto territorial que su historia tiene mucho eco en el arte, y éste no representa un libro bilingüe en el sentido moderno, es mi forma de trabajar en mi idioma, si la esencia de la palabra como energía trasciende en un cuerpo de texto, afirmo que existen otros mundos que van más allá del aquí con el ahora, un mundo mágico/espiritual y esa es mi intención.
Chi nim laj ya’ Atitlán, año 2,018 a enero del 2,020
Textos Escogidos:
Pa keewi’ kina’ooj jar ee at’it mama’
En el pensamiento y en la memoria de los abuelos y las abuelas
Estas formas han nacido en estas tierras tzutujiles, en memoria de los abuelos quienes nos abrieron esta brecha, nos enseñaron y nos dejaron en la genética, que nuestro corazón, está conectado con todo aquello, que ocupa un lugar en el espacio, estas palabras un día son colibrís, otros días se visten de verde profundo, otros tiempos nacen de la sangre de la tierra, adoptando los colores del maíz que por naturaleza nos da la vida, somos el color blanco, porque hemos venido de la luz y de eso están hechas nuestros huesos, somos el color oscuro porque, caminamos en la oscuridad y es parte impregnada en nuestro pelo y en punto origen de nuestros ojos, somos el color amarillo, porque somos los hijos del sol y de los días, y somos el color rojo, porque hemos nacido del fuego, fuego será el poder de nuestra palabra conectada con el corazón.
Ja jujuun q’iij nqaq’axaaj
Nqana’ k’a chaqajaa’ chi k’oli nqaxi chaqiij
nojelaal ja rachb’al ja naquun nk’eje’ kaan wawee’
ruma’k chi kupuli ja ramaaj chiqawach
k’in ja kina’oojiil kitikoon kaan jar ee qati’t mama’
k’o k’a pa qawi’
neqanataaj k’a
neqak’u’xla’aaj k’a
neb’iin k’a quuk’iin
ja kib’anikiil
jari’ k’a ja in majoon rcholiik
ja kitikoon kaan eje’ee’
nk’am k’a ja kewi’ kek’u’x
k’in jari’ nok rpalb’al ja nk’aslemaal
ja toq kenu’k k’aan ja rcholan q’iij
kotaqiij nojelaal ja naquun ja ma ti tz’ati
kib’iij kaan chi oj xiin aq’a’ q’equum
jarcoloriil saq k’u k’a chipaan ja qab’aqiil
ja q’equm qak’oloon k’a chaqajaa’
chi k’iiy ruwach nqax wi’ ja qak’aslemaal
pa jujuun q’iij k’in pa jujuun iik’
ntz’aqat k’a ja iik’
ja taq yaki’aa’ kimajoon k’a kisilik kii’
k’in kotaq k’a ja kiq’aq’aal
ja toq kik’amoon to kikotemaal
kani’ tre chaqaja’ ja b’iis
k’oli chaqa jar ee ak’alaa’
ja rjawaxik nya’i ja kichoq’aaq’
cha nek’asoji k’in nmeloj to ja kachb’aal
k’in nsooli ja chapyoon to kixiin
qonojelaal nqotaqiij naq riij rwach ja k’aslemaal
kani’ k’a juun b’eey ja ma ti k’isi
juun chanooj jar b’ar noq melooj wi’
cha noq ee samaaji
jawi nqajo’ nqatz’at ja q’iij ntz’intz’oot
triij ja qatikoom
kaamiik ja ntzijoni ma juun winaq ta k’a
juun achoq’aaq
k’in jawa’ ja qatzijob’al
jawa’ k’a rq’aaq’iil ja qaatziij
k’in ni k’a k’asaal wi’
nk’eje’ na k’a paqak’u’x qanojeel
ja nea’jooni ja ruutziil
k’in nkowin k’a nq’axaaj nojel b’eey
Ja rxin rwach’uleew
kani’ tre juun k’iix laaj b’eey
jawa’ tzijob’al, jawa k’a kek’u’x jar ee ati’t mama’
ja saq laaj q’iij ja rayb’een nsoolí
k’in nsaqirsaj na k’a nojelaal.
En cada día completado
Sentimos una presencia pasando sobre nosotros
todas las caras de las cosas se quedan aquí
porque ante nosotros el tiempo está limitado
y la energía genética de los abuelos
los tenemos presentes
asistimos a sus encuentros
los envolvemos
caminan con nosotros
el linaje
la continuación de mi interpretación
de lo que ellos han fundado
recojo sus pensamientos
para cimentar mi realidad
el amor en la que ellos fundaron los ciclos
descubrieron todos los secretos existentes
predijeron que somos hijos de la luz y la oscuridad
el color blanco expandido en nuestro cuerpo
la oscuridad oculta en nosotros
las muchas caras en la que vamos pasando
a cada vuelta del sol y de la luna
la luna va completándose
mientras los niños vienen saltando
no es extraño que los aerolitos
puedan traernos alegrías
como dolor
a veces nos traen hijos que,
les hará falta la palabra-energía
para despertarles y devolverle sus pareceres
para desatarles lo que les viene sujetando
y todos sabremos que el inicio de cada vida
es como un camino sin término
un campo al que hay que volverle
al trabajo en cada invierno
si queremos ver el sol resplandeciendo
sobre nuestras cosechas y sus frutos
aquí el que habla no es un hombre
es energía
éste es nuestro lenguaje
este es el fuego de nuestra palabra
siempre existió
anidará en los corazones
de quienes aman la verdad
y siempre tendrán fuerzas para pasar
por todos los caminos de la vida
como un camino entre espinos
este lenguaje es el corazón de los abuelos
es la luz que espera ser desatada
y alumbrará todo.
K’o ka rub’ii jawa’ q’iij ri’,
Ja q’iiq ja xub’aan kaamiik
xratz’b’eej k’a ja rxaq taq chee’
xuk’ut k’ari’
qas jab’el xub’an
nqatiaq poon riij rwaach ja naquun xin chwaaq
qatija’ k’a juun tziij trij jawa’ ramaaj
qacholo’ jutz’iit ja xin kaamiik
juun wi’ ja xiin iwiir
juun wi’ na k’ari’ ja xin chwaaq kab’iij chik
Este día tiene un nombre
El viento que hoy vino,
jugó con la hojarasca
anunció su presencia
mostró su belleza,
pronosticamos sobre las cosas de mañana
hablemos sobre este presente
contemos un poco sobre este momento
lo de ayer fue diferente
lo de mañana será diferente también
Chi qa mayaaj yai’jun nuub’ii’
Ja pa walaxiik
ja toq xin rk’aaj ja nuutee’
xin na’ pa nkik’eel
k’iiy ruwach ja naquun ja ma inwataq ta ruub’ii’
chi paan k’a xin alax to wi’
k’u k’a ja kani’ achoq’aaq’, k’u k’a ja kani’ junnim laj ramaaj
k’u k’a ja kani’ nch’aani, ja kani’ njinini
kani’ xin alax wi, k’in ma k’u ta k’a wachb’al
in xin xiik’aani, xin xurxuti,
chipaan ja ramaaj xin urqaj wi’
chi qa mayaaj ya’i jun nuub’ii’
toq k’ari’ ja toq xin urqaj chekojool
Cuando aparecí en el lenguaje
Cuando en la contemplación fui formado
en el cosmos materno
se presentaban a mis sentidos sensoriales
objetos diferentes indescriptibles
yo estaba formándome entre ellos
principié como energía, como momento infinito
como luz, como sonido
como origen, como color neutro
como aleteo, como balbuceo,
he llegado como momento estático
a punto de obtener un nombre
fue así como tuve cabida en el lenguaje.
Pedro Chavajay García (1983)
Campesino y creador del arte de la palabra desde la cosmovision Maya Tz’utujil del lago Atitlán. Egresado de la Escuela Nacional de Artes Plásticas, ENAP, con especialidad en grabado. Ha publicado: Mar Invisible (Folio 114, 2007), Sin Mañana (Vueltegato Editores, bilingüe Español-Tz’utujil, 2012), Somos pequeños tiempos (Fundación Casa de Poesía, Costa Rica, 2016) y Una estrella se enredó en las montañas (Clara Beter Ediciones, bilingüe Español-Tz’utujil, Argentina, 2017).
Hola, estoy interesado en comprar física o digitalmente el libro de Pedro Chavajay, me podrían indicar dónde se consigue o si me venden una copia que tengan ustedes?