México, Querétaro. Sara Uribe. Poemas: “Siam”

Sara.Uribe

 

SIAM

 

 

Primer asalto

 

Escribir desde un edificio, dice él. Ventanas. La ciudad abatida lanza el primer golpe. Dos vértices contiguos. ¿Los segmentos? Intersectados. Perpendiculares.

Toda ciudad. Un edificio sin propietarios. Alguien que dicta una orden de demolición. Alguien que transcribe un domicilio. No hay a quién notificar, dice él. Este inmueble no tiene dueños ni inquilinos [aquí el simulacro y las falsas alarmas] [aquí la contingencia y el maquillaje:

una luz roja / un destello parpadeante sobre las paredes]. Una lista de nombres de personas o cosas que se pierden.

Esto no es una orilla, dice él.

Alguien abre las ventanas con violencia [hay instrucciones de forzarlas justo ahora] [hay instrucciones de franquearlo todo]. Esto es una evacuación, una estampida. Esto se trata de escribir mientras se desciende una escalera [un suburbio que no cesa de agitarse / ruido / un hemisferio devastado] [algo que armar y desarmar todas las noches / un artefacto explosivo / una frontera]

[algo que desfigure al hablante / contusión / pinchazo / hematoma].

Escribir desde un disfraz, dice él

desbordar / desbrozar / desbastar].

Toda ciudad: un edificio. Todo colapso esta espesura.

Escribir como un peregrino, dice él. Kilómetros. La carretera

 

[Peregrino, na. (Del lat. peregrīnus)]

  1. adj. Dicho de una persona: Que anda por tierras extrañas.
  2. adj. Dicho de una persona: Que por devoción o por voto va a visitar un santuario, especialmente si lleva el bordón y la esclavina.
  3. adj. Dicho de un ave: Que pasa de un lugar a otro.
  4. adj. Dicho de un animal o de una cosa: Que procede de un país extraño.
  5. adj. Extraño, especial, raro o pocas veces visto.
  6. adj. Adornado de singular hermosura, perfección o excelencia.
  7. adj. Que en esta vida de paso.

 

 

 

 

 

Segundo asalto

 

 

Rotaciones. Flancos izquierdo y derecho.

Uno entiende izar cuando se dice [deshacer, deshilvanar]. Uno entiende fracaso cuando se dice [aquí su voz]. Cada una [no la tesitura sino lo que pronuncia] de las dos partes laterales [entonces corregir:

aquí sus palabras] [las palabras] de un cuerpo frontal.

Algo concomitante se aleja [se desliza empujando lo que sobra / lo que hace falta / lo que nadie echa de menos] [un cuerpo sumergido]. Lo más cercano [próximo / imposible]. Lo más ambivalente. Algo ajeno [un eje / un punto cualquiera / equidistante / fijo] nos desplaza [todas las curvaturas] [todas las coordenadas] [este dislocarse].

Alguien sueña [el ausente] una isla

en el asombro [un advenimiento]

una lista de personas o nombres de cosas que se pierden.

Algo [volátil]

en desaparecer se retrasa.

 

 

 

 

 

Tercer asalto

 

 

Yo te digo que alguien usó mi nombre para esgrimir que donde come uno comen dos / lo usó para ejemplificar una desaparición, eso te digo.

Dijo Bernardo esto / Bernardo lo otro.

Dijo Bernardo sabría cómo pronunciar su ausencia. Él la repetiría una y otra vez. Él te hablaría del brillo de las cosas rotas.

Dijo Bernardo no murió al tercer día de nacido / no esa mañana mientras tu madre pedía a dios que si desdichado el primogénito, que si oprobioso, mejor etéreo / sin costuras.

Dijo Bernardo esto y aquello / Bernardo viceversa.

Dijo Bernardo verbigracia.

Yo te digo que el nombre [que en todo caso no era el mío] sonaba hueco / me quedaba grande / se me resbalaba. Bernardo sin botones ni ojal ni camisa.

Aquí Bernardo la pura espuma. La asfixia. El pequeño, pequeñísimo laúd.

Dijo Bernardo el inconsútil.

Bernardo el descordado. El descorazonado.

El de suyo inútil para la lidia.

Yo te digo que nadie especificó si la oquedad era real o imaginaria. Si mentido el estertor. Si doble o nada. Si barbarie la escritura.

Te digo que huésped en su insomnio. Que óbice y cuadrivio. Te digo. Te digo y te repito.

Vuelvo a decir / ausencia / lo nombrado [ya sin habla / sin testigos].

Te digo que alguien [leves los tropiezos] [un listado de personas o cosas que se pierden]. Te digo. Te digo y me repito [aquí el paréntesis y sus facturas] [aquí la horma / el estropicio]. Dijo Bernardo de otro modo.

Dijo Bernardo el púgil.

 

 

 

*Poemas tomados de Siam (Fondo Editorial Tierra Adentro, 2012).

 

 

 

 

 

Sara Uribe. Querétaro, Qro., 1978. Desde 1996 radica en Tamaulipas. Licenciada en Filosofía. Premio Regional de Poesía Carmen Alardín 2004, Premio Nacional de Poesía Tijuana 2005 y Premio Nacional de Poesía Clemente López Trujillo 2005. Becaria del FONCA, 2006-2007 y del PECDA, 2010 y 2013. Ha publicado: Lo que no imaginas (CONARTE, 2005); Palabras más palabras menos (IMAC, 2006); Nunca quise detener el tiempo (ITCA, 2008); Goliat (Letras de pasto verde, 2009); Magnitud –en coautoría con Marco Antonio Huerta– (Gusanos de la nada, 2012); Antígona González (Sur+, 2012) y Siam (FETA, 2012). Poemas suyos han aparecido en publicaciones periódicas y antologías de México, Perú, España, Canadá y Estados Unidos.

 

 

 

 

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