hacer sonar la poesía / Entrevista a Martin Gubbins

Martin Gubbins
Martin Gubbins

 

Martin Gubbins, un poeta que acaba de lanzar su último disco, y que pronto presenta su próximo libro. En ambos hay poesía y ambos suenan al oído, a veces más cerca, aveces más lejos, de lo que solemos llamar un poema.

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DEFICIONES SOBRE EL TRABAJO DE MARTIN GUBBINS

“Este poeta chileno practica la poesía como exploración textual, desde el letrismo y la grafía

hasta la música y la percusión” (Julio Ortega, Brown University).

-“Al cuestionar la poesía tradicional, nos obliga a crear o establecer nuevos módulos de

interpretación, lo que nos sitúa como co-creadores” (Clemente Padín, poeta y performer).

-“Su eje es la profundidad […] desde la alta definición hasta la abstracción total […]. Aunque el

adjetivo experimental ya esté demasiado gastado –lo han reclamado incluso los poetas menos

experimentales–, esta actitud de poner constantemente a prueba los distintas capacidades de

la inteligibilidad sí amerita el calificativo. Su abundante producción sonora lo confirma” (Felipe

Cussen, Instituto de Estudios Avanzados, Universidad de Santiago).

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ENTREVISTA

¿Que es feedback, tu último disco?

Es un conjunto de grabaciones de poesía sonora hechas por mí en los últimos 6 ó 7 años, remezcladas y masterizadas por Gregorio Fontén con miras a producir una muestra representativa de distintas aproximaciones al sonido con que he trabajado en este período. La mayoría de las piezas son solos, pero también hay obras en colaboración con Andrés Anwandter, Martín Bakero y Felipe Cussen.

-Cuáles son las diferencias con los discos anteriores?

Primero, en Feedback hay una actitud más libre hacia el sonido, con menos pudor al traspasar límites evidentes entre poesía y música. El primer track es muy elocuente en ese sentido. Esto se manifiesta en el resultado pero también en el proceso, por ejemplo con el uso de una multiplicidad de equipos e instrumentos en la interpretación. Antes me restringía al micrófono más un pedal delay o algún multiefecto, y por ahí alguna sencilla fuente de samples. Pero en este disco, además de todo eso, hay sintetizadores digitales y análogos, secuenciadores, cajas de ritmo, samplers, e incluso pequeñas percusiones. Nada de software eso sí. Lo mío es el hardware y los cables, por el momento. En especial el hardware análogo.

Segundo, destaco el proceso de producción realizado por Gregorio Fontén, que fue integral y hace de este disco una verdadera coautoría. Yo lo reconozco así. Él operó como un editor, antologador y corrector, seleccionando contenidos, e incluso fraccionando y rearmando distintas grabaciones para formar tracks nuevos con sus partes, en un proceso similar al que se hace con discos de improvisación en jazz. Todo eso además de la limpieza y remezcla de las grabaciones originales, que estaban hechas muy artesanalmente en mi estudio casero. Gracias a la genialidad de Gregorio el disco tiene un sonido de muchísima calidad y un balance muy potente entre sus distintas partes, reflejando de un modo bastante unitario la diversidad de procedimientos que he explorado en mi poesía sonora a lo largo de los últimos años.

En tercer lugar, en esta ocasión opté por una forma de distribución exclusivamente online, mediante la plataforma Bandcamp.com, donde el disco se puede comprar y descargar por USD 5 ó más, según sea la generosidad del comprador o el valor que él mismo asigne a mi trabajo. El resultado en términos de difusión ha sido sorprendente, mucho mejor que haber hecho físicamente 200 o 500 ejemplares de un CD, aunque los hubiera regalado todos.

-Qué inquietud te lleva a conectar tu textos con la música?

No es esa mi inquietud más importante. En mi poesía sonora lo que busco es trabajar con la palabra, la voz humana, la “voz del poeta”, como eje o punto de partida, e inclusive como una figura que se instala en un fondo o contexto que compongo a partir de sonidos encontrados o de sencillos gestos musicales, normalmente rítmicos, pero a veces también melódicos, porque la música también forma parte del contexto donde la palabra se despliega en el mundo. Pero la abstracción es lo más importante actualmente en mi trabajo, como parte de esa figura y también de ese fondo sonoro. Es cada vez más protagonista en mi poesía visual y en la sonora. En esta última, la abstracción me permite reivindicar como motivos literarios lícitos la mueca vocal, el exabrupto, el quejido, el gruñido, el balcuceo; pero además me permite desafiar al entorno, sin darle espacio para que nos acalle. La poesía sonora de raíz más abstracta se para delante del entorno sonoro donde vivimos, real o imaginario, y le hace frente con su propio lenguaje: el ruido. Eso sí es algo que me inquieta y me interesa mucho: el lugar del ruido en la poesía.

-Podrías definir este trabajo como poesía sonora?

La verdad en mi trabajo no existen ejemplares pura sangre. Todo lo que hago es un poco híbrido o anómalo, pero me parece que este disco es primordialmente de poesía sonora en cuanto se estructura en torno a la palabra y la voz. Lo “poético” en el poema sonoro aparece con la exposición de la palabra, del sustrato prelingüístico o inclusive de la idea del lenguaje, mediante sonidos reales o imaginados, de modo de concentrarse en cómo y dónde la palabra humana suena; cómo se relaciona con su entorno, produciendo así una frontera porosa entre el sujeto y sus circunstancias sónicas.

-Báilate este poema o léete esta canción?

Bailo poco, pero mi proyecto no se trata sólo de subvertir las disciplinas o de usar unas para el fin con que normalmente se usan otras. Lo que me interesa son las preguntas sobre el lenguaje humano y sus problemas, los que trato de indagar sin muchos dogmatismos formales.

-Qué es lo que más te late, poesía, música, o ambos ya son un mismo género en tu cabeza?

No soy músico ni poeta en sentidos convencionales. Pero mi punto de origen es la poesía escrita y mi entrenamiento es fundamentalmente literario, aunque he estudiado mucho las artes visuales y las relaciones entre texto e imagen. Música no he estudiado con la misma dedicación, pero sí he aprendido a tocar muchos instrumentos electrónicos. A partir de esa formación, e información, me interesa explorar la poesía bajo distintas formas y en todas las direcciones posibles, entendiéndola como un arte de la palabra, en especial exacerbando sus cualidades visuales y sonoras. Así, en la poesía sonora la poesía aparece como una especie dentro del género del arte sonoro, del cual la música es otra especie, por lo que resulta inevitable que se encuentren aún más de lo que se encuentran en la poesía escrita convencional, donde sus grados de cercanía son ya muy altos. Ahora bien, nada de esto significa que dejaré de escribir. Muy por el contrario. Pero esa es otra historia.

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Martín Gubbins (Santiago, 1971). Poeta, artista y editor. Tiene un Magíster en Literatura (Londres) y estudios de arte en la Universidad Católica de Chile. Ha publicado siete libros de poesía y poesía visual, en Chile, México, Inglaterra y EEUU. Su poesía visual integra importantes colecciones en EEUU y su poesía sonora aparece en tres discos editados en Chile, Estados Unidos y Francia. Ha realizado exposiciones individuales y colectivas. Junto a otros poetas y artistas fundó el Foro de Escritores.

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