FABIOLA GUTIERREZ, MÉXICO. CUENTO: A LOS CARDENALES NO LES GUSTA EL EQUILIBRISMO.

 

 

Llueve. Con esas ganas auténticas de arrasar el mundo nuevamente. Odio los rayos. Siempre he creído que las probabilidades de que me impacte uno son realmente altas: yo sería esa una en un millón de la que habla la National Oceanic and Atmospheric Administration. Inhalo: ¿la madera de esta cabaña me pondrá más vulnerable a los rayos? Exhalo.

Antes de llegar aquí, superé el 12 por ciento de posibilidades de perecer en un accidente automovilístico. Hasta el momento me he mantenido viva. Tengo 35 años. Inhalo: ¿será el riesgo más alto si manejo en la nieve? Exhalo: ¿qué tal una cuerda atada al cuello? Leí que la probabilidad de morir por ahogamiento o sofocación es del 17.44 por ciento.

De la burocracia, disfruto el trabajo remoto que me mantiene lejos de lo ordinario de mis colegas y de los rancios saludos de oficina. Desconozco de caminos circulares, en espiral o con destino fijo. Desconfío de los árboles, las miradas que no parpadean, los zapatos negros bien lustrados y de toda forma de elegancia.

Pronto no estaré. Algunas cosas blancas son interesantes como ciertas páginas o las nubes. Otras son aterradoras como las caras de los payasos y los pasillos de los hospitales. La nieve, por su parte, es interesante y aterradora al mismo tiempo. Inhalo: le temo a la nieve. Exhalo: a menos treinta grados un cuerpo mal preparado puede congelarse en tan solo un minuto. El frío duele. ¿Es el blanco un color aburrido? ¿Es acaso el blanco un color?

Llueve. Me detengo ante las interrogantes que se desvanecen con el golpeteo de agua en mi ventana. Afuera las aves cantan o, al menos, emiten sonidos. Inhalo: ¿qué motiva a las aves a posarse en ramas que parecen más frágiles que todo su cuerpo? Exhalo: eso, como se llame, no lo tengo.

Ese cardenal lleva viniendo al menos tres semanas, ¿o eran cuatro? La nieve no lo demora. Siempre nos vemos fijamente, con complicidad. Debe saber lo que pienso. Que no sepa lo que pienso. Su imagen parece anticipar un crimen. Inhalo: es rojo intenso y destaca entre el paisaje como una salpicadura en una herida profunda y blanquísima. Exhalo: cortar las venas verticalmente, remarcando las líneas azuladas.

Pronto no estaré. Creo poder distinguir cinco cantos distintos del cardenal: uno es de alerta. No sé en qué pensaba cuando le compré esas semillas. Sé que prefiere las de girasol por sobre ninguna. Inhalo: viene todas las mañanas. Me acecha esperando que coloque en el balcón el plato con cerámica lleno de semillas con cáscaras. Exhalo: a los cardenales no les gusta el equilibrismo: prefieren apoyar ambas patas al comer. Hoy incluí algunos gusanos deshidratados: me repugna tocarlos con las manos.

Las aves me persiguen. Tuve un bebedero para colibríes: llegaban todos los días al departamento. Se molestaban si no había néctar fresco. Los colibríes son exigentes. Inhalo: las aves tienen alas, como los aviones. Exhalo: la probabilidad de morir en un accidente aéreo es de una entre 9 737.

Llueve. Hay algo interesante en observar a las aves. Los pollos de la casa de mis padres eran tontos e imprudentes. Los vi salir del gallinero y terminar muertos por el ataque de los perros. Inhalo: no sé qué pasaba, pero no sabían comunicarse los peligros ni hablaban el lenguaje de la supervivencia. Exhalo: soy como un pollo.

¿Pronto no estaré? Las aves se comunican conmigo: me pertenecen. Inhalo: las posibilidades de morir por suicidio o lesiones autoinfligidas son de 22.78 por cierto. Exhalo: mis probabilidades son más altas.

El cardenal sigue observando con insistencia: sabe lo que pienso. Dice que tiene que ser alimentado. Las aves se comunican conmigo: les pertenezco. No para de llover.

 

 

 

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Fabiola Gutiérrez (Chiapas, México, 1986). Licenciada en Lengua y Literatura Hispanoamericanas por la Unach y maestrante en Ciencias Sociales y Humanísticas por el Cesmeca-Unicach. Obra suya forma parte del volumen colectivo Porque algún día faltarán cuentos. Su ensayo “Joaquín Vásquez Aguilar: lector y poeta” se encuentra incluido en Una ciudad llena de fantasmas: Estudios sobre Joaquín Vásquez Aguilar. Es autora del cuento infantil La luciérnaga que no creía en los cuentos de hadas.

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