El cuervo y la palmera
Una vez disparé a una palmera
cuando estaba entre un grupo de Marines gringos
Nosotros estábamos furibundos
y cada uno elevó su M16 y disparó varias veces a lo alto del árbol
¡Oh!
El fuego destrozó las frondas de los árboles
El día que los racimos cayeron al suelo
La palmera era un Goliat, y estábamos cortando su garganta
Fue un falso Cristo y martillamos clavos rojos en sus manos
Nos reímos y reímos
Sólo los pobres cuervos estaban ladrando como perros heridos
Tú sabes, la propia palmera es la creación de un cuervo estúpido
Se plantó la primera planta del semillero en el lodo, y le dijo:
Esta es mi hija
Deje que sus hojas sean más altas que las frondas del mismo sol
Esto sucedió hace mucho tiempo
Ahora las cosas están tranquilas, totalmente tranquilas
No hay más cuervos, ni palmeras en Basora.
El chivo expiatorio
El cielo es un pueblo abandonado
Anduve a través de sus surcos y me aseguré a mí mismo
Allí encontré salvajes azules perros con ojos brillando como estrellas
Vagando errabundos
y esparciendo la luz de los espejos
Allí encontré, también, una lámpara atada de los cuernos
cuando me vio sus ojos giraron como una rodaja de pan
la lámpara me reconoció como el agua reconoce la vereda a la tierra
Yo soy Ismael y este es mi escargot
El cielo es sólo un lápiz azul para nuestro chivo expiatorio.
Golpe de sol
Nacimos de un golpe del sol
de un golpe de la guadaña contra el viento
y un cuerno contra la piedra
Nosotros lanzamos nuestra placenta a los perros
y nuestra alma a una piscina de penumbra
Como mujeres pobres nos bordamos nuestros labios
en la fábrica del silencio
Impuros fuimos la oración del alba
de la rosa
y recuerdos de la infancia
La arena es nuestro trigo
también es el forraje de los caballos
Nosotros escalamos la arena casi sin aliento
y agotados nos devolvemos
Sin indicios de nuestros nombres
a excepción de un alfabeto no mencionado en el diccionario
sin evidencia de nuestros ancestros
excepto el silencio de perros postrados a la puerta
Estamos atados a nuestros propios cordones de zapatos
y al vello de nuestras pestañas
y a la estela de estrellas fugaces
Nos acurrucamos como perros frente a la puerta
nos acurrucamos desanimados ante la rosa
y la rosa es la sangre del cuello sacrificado al mediodía
Nuestra harina estaba esparcida por doquier
y la desesperación es un anillo de acero en nuestro dedo
Concédenos respiro para que podamos reconocer nuestras sombras
y nuestras pezuñas puedan crecer
Una campana gigante se cierne sobre nuestra cabeza
una campana persistente nos hace perder el camino
Oramos para silenciar la gran campanada en los labios de nuestros muertos
Llévenos de la mano
y de la cintura
sosténganos debajo de sus pechos
somos parientes del humo y del fuego
Este es nuestro dedo
húmedo de tanto explorar el viento
heridos por nuestras eternas preguntas
Nos engañaron con nuestros propios nombres
y con los ojales de nuestras camisas
y condujeron oraciones como cisnes de inmundicia frente a nosotros
Enganchamos los burros a los tobillos de los niños
y enganchamos el otoño al verano
para calmar nuestros escalofríos
Llámenos desde atrás de nuestras habitaciones
llámenos con estruendosa voz que avergonzaría nuestra desnudez
llámenos con una voz que destrozaría nuestra madera y bambú
Dirige nuestras plegarias para que podamos orar más allá del deber
y nuestras almas permanezcan erguidas dentro de nuestros cuerpos
Las amargas semillas de la coloquíntida son nuestro almuerzo
nuestra cena es tan seca como una piedra
y el silencio fluye como menstruación entre nuestras piernas
Oramos para estrujar nuestros cálculos renales
y rezamos para despedazar el pan de nuestra cena
Sin inmunidad para el guijarro
o la rosa
toda mentira está al alcance del trueno
Nacimos de un labio leporino
y una pestaña invertida
Nacimos del golpe de un cuerno contra la piedra.
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Traducción del inglés de Antonio Cienfuegos