Homenaje a Marc Smith
Nos detenemos junto a una granja vecina
Donde un gallo canta perfectamente en inglés.
La hierba se inclina una vez más ante aquello que la presiona.
Un gatito nos mira y huye al sentirse observado.
Yo espanto las moscas que buscan en mi frente el cielo techado de Orchad.
¿Cómo puede ser verdad tanta verdad?
En Division Memorial Highway nadie nos conoce.
El calor nos sabe a tierra enmohecida.
Los nombres en nuestras maletas:
Burton,
Benét,
Sandburg,
Millay,
Lanier,
Chávez,
You and Me.
Un par de coches cruzan hacia Rosenberg
Y tal vez más lejos (la distancia es aproximada) a donde sólo la mano
Puede indicar el paraíso.
Good morning cowboys, where do they go?
Y el sheriff nos permite seguir cuando mostramos nuestras credenciales.
Buenos días vaqueros, good morning cowboys,
No tratamos de entender qué significan sus palabras.
No hay ninguna nube en el cielo de Rosenberg,
There is not any cloud in Rosenberg’s sky,
No hay ningún ave en el cielo techado de Rosenberg.
Good morning cowboys, buenos días.
Mas puede que no lleguemos nunca.
Puede que no avancemos nunca.
Vamos por Huntington Drive, ruta 66,
Siguiendo el rastro de una vaquita a la que llamamos Kroc,
Mientras Dick y Mac preparan el desayuno.
—In business for yourself, but not by yourself, dice la amorosa vaca,
La vaquita arrodillada en un paisaje amarillo y rojo
Al que sin querer nos hemos acostumbrado.
Desde el autoservicio, Dick y Mac nos siguen mirando.
Nosotros los miramos todavía.
HOMENAJE A CÉSAR CHÁVEZ
Fuimos a Richmond Valley
Y levantamos nueces
Y me encontré con una que es dura como piedra, cascaruda
como la hojarasca del invierno,
Sobre la hierba fresca de los árboles.
Con esta nuez me di de bruces en el lujo de estar reunido con los míos,
Ahí, en el sitio donde estaba el corazón.
En Brazos River me asomé y vi tus ojos sobre una nuez oculta entre mis dedos.
Y resulta que me da lo mismo, me da doblemente lo mismo
Hacer autostop en cualquier lado.
«Don´t cry, baby.»
Eras tú quien sonaba.
CUANDO MULO NO MORÍA
En el M & V Café
pedí cualquier cosa:
“Can you bring me a damned colombian coffe, please?!
sin obtener resultado.
Debajo de un techo de retazos amarillos te recuerdo.
En Nueva York
casi olvido el poema,
incluso mi disciplina
y las calles también.
Si yo te hablara de lejos o de cerca tal vez vendrías a verme.
De pronto un silbido cuajado de locos ventanales.
37 th Ave. Jackson Heights, NY. 11372.
Sin intención
vi un día la gran ciudad alejarse.
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Manuel Parra Aguilar (Hermosillo, Sonora, México)
Profesional Técnico en Mecánica Automotriz por el Colegio Nacional de Educación
Profesional Técnica y Licenciado en Literaturas Hispánicas por la Universidad de Sonora.
Es autor de los libros de poemas Más le valiera morir (2009) En el estudio (2011) Manual
del mecánico (2012) Pertenencias (2014) y Portuaria (2014); y del libro de cuentos
Contrataciones (2009).