LA PERCEPCIÓN DEL TIEMPO ÍNTIMO Y LO RITUAL EN LA CAJA DE LAS HORAS

margarita bustos

 

 

Por Margarita Bustos Castillo. Docente, poeta y gestora cultural

 

            Símbolo, rito, signo común a las diferentes culturas, resultan las cajas que albergan tesoros, secretos, mandatos, cuerpos que intentan cruzar hacia la inmortalidad o que cuerpo/cajón se sabe polvo al polvo estelar. Juany Rojas, viene a recordarnos la importancia de mantener nuestra conexión con la dimensión sagrada de los ritos, mirar con atención las magias cotidianas que su realización nos entrega, detenernos en medio del ruido y el exceso de pantallas para recordar conectarnos con nuestra intuición y la intensión que habita en las cajas que somos o que fuimos, aquellas que creamos para guardar y contener secretos y memorias, tesoros personales. Las hay de todas formas y colores, de madera, metal o vasijas cajas, para albergar nuestros cuerpos, mientras se descomponen y regresan a la tierra, cajas encierro o cajas que libertarán en la ceremonia –que posibilitan situarnos en el tiempo circular de su repetición.

            Cuando desde la Literatura decimos caja aparece con celeridad en nuestro imaginario occidental La caja de Pandora, esa que contenía todos los males del mundo, y dónde luego de liberados, afortunadamente quedó al fondo la esperanza. Así también en La caja de las horas, el último poema, titulado de igual manera, nos recuerda lo que persiste:

 

“(…) en el fondo

de la caja de Pandora que es el tiempo:

un latido         latido

latido

 

            Para Juan E. Cirlot, en su diccionario de símbolos, “las cajas pueden referir al inconsciente (15) o al mismo cuerpo materno (31) Nos referimos a los objetos de forma no esférica que son simbólicos de totalidad y principio espiritual”. Así también lo percibe y comunica Juany Rojas en su poética, ya que en poemarios anteriores como Quehaceres, Ofidios y Esta pobrecita Tierra también dialoga y representa espacios vinculados a ritos cotidianos que nos reúnen con nuestras raíces familiares y ancestrales como humanidad, que nos llevan a detenernos para percibirnos como parte de un tiempo finito a veces con la angustia del fin y en otros instantes con la gratitud de sabernos pasajeros. En estas búsquedas que nos resultan invaluables e invitaciones que acogemos sus lectores/as nos adentramos en estas cajas/temporalidad, en cartones-cuerpo, afuera en la intemperie de quienes no tienen nada más que el cartón como techo, repara en las cajas mordazas y sus profundas heridas, también en aquellas que nos iluminan la vida para reconectarnos con memorias que creíamos perdidas:

 

“Hay un susurro de raíces bajo tierra

una tribal memoria

que persiste en su tarea de reconectarnos

con el alma”

 

            Nuestro cuerpo involucrado con la percepción y producción de emociones como efectos de sentido. La hablante lírica se pregunta a través de rituales cotidianos por la percepción del tiempo a través del deseo desde nuestras cajas/cuerpos hábitos y acciones que repetimos de generación en generación.

            La poeta nos invita a mirar(nos) en las huellas que dejamos por los lugares que sostienen nuestros nombres, las texturas de las cajas-cajones que nos recubren/rodean/anidan en seis, ocho o más lados. Sus perímetros conocen las ruinas, las promesas rotas y esperanzas que nos acompañan en sinuosas circunstancias del devenir. Walter Benjamín afirma que en la huella nos hacemos con las cosas. Aquí la hablante lírica nos aclara que en las cajas:

“(…) con su caleidoscopio de celofán y caramelo

nos hacen regresar al pasado

creer en la dulzura

en un refugio divino

entonces las sellamos a nuestra rutina

con cintas de alegría

y como niños

nos entregamos

a la ilusión que contienen”

 

(poema Consuelo)

 

            Nuestra época oculta la muerte y con ello nos priva de la profunda conexión con la vida. Miramos lo que hay en la vida, pero no lo que la vida es, nos dice el poeta del silencio, Hugo Mujica. En este poemario, su autora nos moviliza a detenernos en las cajas de la soledad, la intemperie, la infancia, la casa caja, la de los destellos en cada uno de nuestros ritos para guardar/embalar y abrir/desembalar. A detenernos para escuchar nuestra intuición y sus relación con el tiempo que avanza y el que también se detiene, porque así como de muchas cajas estamos hechos, también en “la mudez de los secretos/todas/como nosotros/con un mismo final”. En los acontecimientos del tiempo primordial, aquel que desde el aquí histórico pareciera hemos olvidado, más allá de las pantallas y sus postverdades, la Caja de las horas nos recuerdan la dimensión sagrada de nuestra existencia.

 

 

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la caja de las horas

 

 

 

 

 

 

 

 

JUANY ROJAS. Poeta chilena nacida en la salitrera Pedro de Valdivia, Antofagasta. Mención honrosa concurso literario nacional Stella Corvalán por su libro Espejismos en la Pampa, 2007. Obras publicadas: Las magias perdidas, 1994; La Trastienda, Quehaceres, 2006; Semejanza, Quehaceres, 2010; Semejanza, Ofidios, 2013; Semejanza, Quehaceres, 2017; Torremozas, España. Esta pobrecita Tierra, 2020 por Editorial Cuarto Propio. La Caja de las horas por Mago Editores 2022. Ha participado en encuentros literarios nacionales e internacionales en México y Argentina. Poemas suyos han sido incluidos en diversas antologías nacionales e internacionales y traducidos parcialmente al portugués y al catalán. Terapeuta ocupacional, integra el directorio de Fundación Educacional Amanda.

 

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Margarita Bustos Castillo Docente, poeta y gestora cultural.

Diplomada en escritura creativa en la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Egresada del Magíster en Género y Estudios Culturales de la Universidad de Chile. Algunos de sus poemas han sido publicados en las Revistas: Buenos Aires Poetry, La Primera Vértebra, Liberoamérica, Mal de ojo, Trilce, Valpoesía. Cine y Literatura. Ha participado en Encuentros literarios nacionales e internacionales en Perú, Bolivia, Argentina, Ecuador y Uruguay.
Imparte talleres literarios de escritura creativa, poesía y memoria. Además artículos de crítica literaria y reseñas sobre poesía chilena y latinoamericana contemporánea se pueden encontrar en Revista Trece mirlos, Letras mysite, Mal de ojo, entre otras.
Es miembro de la Academia Gloriense de Letras (Sergipe, Brasil) Forma parte del equipo organizador del Encuentro Poético Internacional Pájaros Errantes.
Co-directora del Ciclo de Literatura de mujeres: Versadas. Organizadora del encuentro Poético Musical: Colusión Poética y La Ciudad de las mujeres. Traducida parcialmente al rumano y portugués.

 

Libros Publicados
“Maldigo el paraíso de tu abandono” (Editorial Puerto Alegre, Valparaíso 2011)
“Eros en la Lengua” (Punto de Luz ediciones, Rancagua 2015)
“Existencial (es)” (Marciano Ediciones, Santiago, 2017)
“Desde la herida” (Signo Editorial, Santiago, 2022)

 

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