No hace falta decir, que hoy, las sorpresas me asaltan en mi propia casa y en las tareas más cotidianas. Así de pronto, limpiando por aquí, ordenando por allá, saltó a mis manos el número 01 de la revista literaria Carajo, aquella con Rivera Letelier caminando por Santiago, fechada en el lejano y cercano año 2002. Mira, le dije a mi compañera, esta revista comenzó a dar sus pasos en los años que gobernaba el hombre del dedo acusador, el mismo que concesionaba las carreteras de nuestra flaca y bipolar comarca.
Así es, fue en esos años en que CARAJO se lanzó a la vida, por los locos caminos literarios y lo hizo con entusiasmo, creatividad y elegancia instalando la revista en todos los kioskos, a lo largo y a lo ancho, visibilizando autores y temáticas que permanecían en la bruma de un país que aún transitaba a la plena democracia.
¿Los nombro o no los nombro? Claro que sí, CARAJO se materializó por el aporte y la mirada de un nutrido y heterogéneo grupo de colaboradores que en cada número saltaban a las pupilas de los lectores. Como no recordar la sección ¿Quién quiere ser? que puso en escena a Claudio Giaconi y a Humberto Gianini, y las entrevistas como la de Diego Maquieira descendido de un sea harrier y Ramón Díaz Eterovic acompañado del mismísimo Heredia y Oscar Hanh y Jorge Edwards, entre varios. Las traducciones fueron otro golpe: John Berryman y George Oppen, dos notables poetas al castellano. Y no es todo, las reseñas dieron cuenta con generosidad de libros y autores, y las crónicas: Manduka, Piedra Roja, los Beat, las Letras anarquistas y el Mapa estelar de la ciencia ficción en Chile y el número especial de Bolaño, y el del dramaturgo Harold Pinter, o el de los terremotos el año 2010, para quedar mareado de tanta belleza tanta literatura.
No los nombré , disculpen, ahora sí: CARAJO, esta maravillosa caja de sorpresas fue soñada por su creador y Director, el poeta Octavio Gallardo, secundado por un grupo de destacados escritores que asumieron las distintas secciones de la revista : Sergio Ojeda, Sergio Rodríguez , Leo Lobos , Carmen García, Constanza Ceresa, Francisco Vejar, Pía Barros, Hernán Miranda, Raúl Zurita, Carlos Labbé, Marco Bugueño, Salvador Gaete, Horacio Eloy, Pablo Rumel, Adán Méndez, Federico Zurita, Armando Roa Vial, Marcelo Novoa, Pablo Hernández Cayo, Pavella Coppola, Juan Cristóbal Romero, Giovanni Astengo, Floridor Pérez, Germán Carrasco , Matías Cociña y Kurt Folch , es lo que recuerdo, la memoria es frágil.
Así CARAJO vestido de papel, cruzó los calendarios y hoy levitando en el mundo virtual, con nuevos y notables colaboradores, mantiene con obstinada resistencia las banderas literarias al viento. Alguna vez, el escritor Ramón Díaz Eterovic, señaló, en la Revista Simpson 7: “De una década en que se privilegiaban las acciones conjuntas, solidarias, mancomunadas, se pasa a un individualismo exacerbado, al cual el marketing motiva sin una mayor preocupación por los valores que deben generar toda expresión cultural. Una revista es un ejercicio de trabajo común y eso es algo que parece ir en contra de los “signos de los tiempos”, y por supuesto en contra de “las variables macroeconómicas “que decretan fácilmente la inviabilidad económica de una publicación literaria”.
CARAJO sin duda marcó lo contrario, permaneciendo fiel al camino trazado, defendiendo su derecho a la existencia, y hoy, como dice el tango que “veinte años no es nada”, sigue siendo un cobijo para la literatura, pue como dijo un gran intelectual latinoamericano: “no solo se trata de la conquista del pan, sino también de la belleza “,
CARAJO permanece en ellas.
* Artículo aparecido en la edición impresa dedicada al aniversario número 20 de Carajo.