UNA FOTOCOPIA SEXÓPATA…

fotocopia aceituna

Una fotocopia sexópata de aceitunadas tetas puntiagudas originó un incendio publicitario. Para atrapar la atención de las prensa se desnudó en la plaza pública y alzando una enorme pancarta que decía VIVAN LAS ACEITUNAS TETONAS instaló la Nueva Fotocopiadora Automática neodemocrática full equipo.  Las aceitunas tetonas se llaman así porque son pequeñitas y agudizadas y terminan en un pezón. Lo malo para ella es que la prensa esa tarde estaba en Paris, y empezó a llover, y millares de neodemócratas se refugiaron en sus casas y cayeron en trance hipnótico televisivo despertando un siglo y medio después convertidos en clavos de olor,  realidad relativa que a la fotocopia sexópata tomó sin sentido del humor, no sentido del humor ke mató de un infarto a 24 subgerentes seuoriginales por razones telepáticas demasiado largas de explicar. Y eso si que hizo noticia. Hizo noticia por tres motivos principales de los cuales rescato el principal –el principal del principal-

IF IT BLEEDS IT LEADS. (esto me lo sopló una fotocopia piadosa). “Si hay sangre tenemos portada”   Leads significa lidera, pero se confunde con el líder de la Vuelta a Francia.

 

Toda la originalidad de la prensa fotocopiada reside en la imagen de la sangre. Desde accidentes de tránsito hasta riachuelos de sangre manando desde antebrazos cortados por navajas suicidas hasta  regueros sanguíneos ocasionales ocasionados por triciclos ansiosos que iban apurados a clases de yoga. La inmensa mayoría de los triciclos abollados se deben en apuros en llegar rápido a clases de yoga.

 

La Teoría de un Original es de naturaleza darwiniana : venimos de los reptiles. Ello explica que nos guste la neurolingística y todo lo conectado con la lengua : lenguajear, sacar la lengua al otro, clítolinguar, ( a mi tercera ex esposa le fascinaba clitolinguar) Era demasiado original para mi bajo la cama. Lo que hacen la crónica roja es despertarnos el reptil dormido. Y por eso nos dan ganas de comer maní. Y salame. Y quesitos. Y lenguetearnos los labios. Y morir de ganas de volver a verte. Y matarse de ganas de masturbarse otra vez, creando imágenes síquicas, de un alto grado de carga erótica. Y mascar. Y morder. Morder las doble erres. Morder doble erres con rabia, que es el secreto subtextual, subansia, de los éxitos literarios efímeros.

Anoche aprecié al copioso número de 388  fotocopias alabando a una vaca antes de que la vaca entrara al Matadero. La alababan por los mismo : porque estaba al borde la vaca de entrar al Matadero. Mientras la vaca estaba viva jamás la alabaron. Era una vaca del montón. Una vaca más. Una vaca común y corriente. O sea una vaca seudodemocrática, igual que tú, a veces Igual que yo, 80 veces al mes.

El Matadero Sacralizado. Tal sería el nombre de la película.

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