Séneca me dibuja un ocho entre las patas. Por Juan De Dios Sánchez Jurado

El novio prefiere que nos llamemos partner. En español le digo novio porque en español el género es una galleta waffer. Hay gente que a uno la pone tan arrecha que solo quisiera intertuaniarse los plexos, hacerse migajas y después decirse chao, si te vi ni me acuerdo. Hay un abismo sabroso al que uno se asoma tirando con una persona de la que no conoce el nombre. El novio y yo algún día tampoco nos conocimos, al siguiente amanecimos besándonos el piercing de la garganta. Y si esto se está volviendo más ajedrezable es por el efecto. Digo todo esto con palabras que en el futuro romperán el coco de la academia. Partner and I are two lesbian robots que se despotrican los alambritos y se aprietan los pezones con un alicate.