CUANDO DESPEGUEN LOS AVIONES
[Odiseo se despide de Nausícaa]
A Eun-Kyung, Neeta y Miha
El aeropuerto es un lugar infinito
así como los abrazos o los besos en una despedida
ya como Odiseo dejando Troya luego de la batalla
ya como el padre dejando al niño Ernesto.
⎯Ayer nomás me separaba todo un continente de ti amiga mía⎯
⎯Ayer nomás hablábamos de cuánto hemos vivido encerrados en nosotros mismos⎯
Y era también ayer que abrazaba a mi hija
10 12 14 15 16 18 20 años
una parte de mí
ayer que te abrazaba y caminábamos por Pulteney Street
o eran las calles de San Miguel que nos han visto crecer
y si escribías era para que se abriera el mundo como una mano
y si levantabas los labios era para que saliera de ahí
todo un océano de palabras
una marea luminosa
y para ti habían sido doce años recorriendo este país
ya vengas de Corea o de la India o Rumanía o de alguna parte del mundo
desconectado
Sin embargo
al otro lado del Seneca Lake solo te esperaba
otro lago alargado como tus dedos extranjeros
ansiosos por tocar el lomo de esta agua
⎯Hoy nomás que hemos navegado hasta este aeropuerto a abrazarnos por última vez
amiga mía⎯
⎯Hoy nomás que bailamos y cantamos con nuestro interior⎯
Llámame cuando despeguen los aviones
y hayas pasado el círculo de la seguridad para cruzar otra vez el mundo
con los brazos abiertos al infinito
y la cabeza levantada siempre levantada
y en la mano el pasaporte de tu inocencia
estampado sobre tu rostro como un número para ser libre
o ser esclavo.
Llámame cuando te hayas desvestido para mostrar
que en tu cuerpo las marcas son solo del amor que te ha abandonado
y la única bomba es esa máquina de carne en medio de tu pecho.
Llámame cuando te hayan detenido y te quede aún el nombre
tu hermoso nombre que no podrán quitarte
Porque no lo llevas en ninguna parte más que en tu frente
en tu bendita frente que beso hoy
la que abrazo hoy, hermana mía.
⎯Mañana nomás que volveremos a encontrarnos
amiga mía⎯
⎯Mañana nomás que bailaremos y cantaremos con nuestro interior⎯
Ya que todo termina y empieza con ese dolor en el pecho
que produce el scanner de metal
con tu brazo levantado sobre las cabezas de los que se alejan
con mi cabeza perdiéndose en la multitud
por el pasadizo infinito donde despegan los aviones.
[Inédito]
BRINDIS POR EL NAUFRAGIO EN TRES DIMENSIONES
EN UNA INSONDABLE COPA DE VINO
[De la Máquina del Deseo]
La primera cuando escuchó al poeta cantar su disputa con Aquiles
el hermano contra el hermano a punto de entrar en batalla.
La segunda al escuchar en la historia de los dioses el recuerdo,
el rostro de Penélope, de su amor que lo había hecho inmortal.
La tercera cuando el poeta cantó la destrucción de Troya,
el horrible llanto de las mujeres suplicando por sus hijos,
de las cabezas rodando, y de la guerra que hace dioses a los hombres,
máquinas de la muerte. Tres veces el canto del poeta lo sumergió
bajo el gran manto púrpura de su cuerpo. Tres veces limpió de su rostro
la oscura vergüenza
y tres veces más tomó con sus robustas manos
la copa de vino para maldecir a los dioses.
[Inédito]
LA CANCIÓN DE LAS SIRENAS
[Anna Akhmatova conoce a Marina Tsvetaeva]
¿Qué haré con esta inmensidad
en un mundo con medidas?
Marina Tsvetaeva
Han lanzado tantas piedras sobre ti que ninguna es terrible
Sobre tu rostro sobre tu boca sobre tus senos.
Nos han enterrado, hermana
⎯Yo nunca he amado a ningún fascista⎯
⎯Pero cuántos fascistas nos han amado⎯
Nosotras las poetas
que ardemos sin calentar
que calentamos sin abrigar
que abrigamos sin abrazar
que abrazamos sin arder.
¿Te has olvidado de cuando éramos huérfanas
y los días venían
como un puño atravesado sobre tu boca hermana?
Eran días desesperados
amarrados a nuestra piel
eran días opacos
en los que amábamos más.
Ningún calendario puede predecir los eclipses de la poesía
¿Te has olvidado de cuando éramos estrellas
y el invierno venía
como una sombra incendiada sobre la nieve hermana?
Eran estaciones desesperadas
calentando a nuestra piel
eran tiempos opacos
en los que brillábamos más.
Ningún calendario puede predecir los eclipses de la poesía
porque su camino es una estela plateada
y las piedras que hoy incendiamos
serán las palabras que mañana lanzaremos
contra el terror de mano cerrada
para el sordo golpe de mis hermanos y hermanas en mi tierra
⎯mi país todavía será sagrado⎯
Hemos querido alcanzarte
con el amor que nace de nuestro arco iris
con esta agua cristalina y tormentosa
materia oscura
donde ha encallado nuestro barco
atrapado por la marea.
Beberemos de estas olas
mis luminos@s herman@s,
y con la música que se desprende de la Vía Láctea
danzaremos.
[Inédito]
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Carlos Villacorta Gonzáles (Lima, 1976) es Profesor de Literatura Latinoamericana en University of Maine. Ha co-editado la Antología Binacional de Cuento / Poesía Perú-Ecuador 1998-2008 (Perú, 2009) y Los relojes se han roto: Antología de poesía peruana de los noventa (México, 2005). También dirige la revista digital El Muro: Revista de Cultura y Política para América Latina. Ha publicado los poemarios el grito (2001), Tríptico (2003) y Ciudad Satélite (2007). Sus poemas han aparecidos en la antología Hostos Review: Peruvian writers in the United States 1970-2005, Cutbank, entre otras. Así mismo, el 2014 publicó su primera novela Alicia, esto es el capitalismo en Perú.