EL DERECHO DE VIVIR, POETA HO CHI MINH

 

En este septiembre nuestro, con la primavera descolgándose del calendario, escucho a Víctor Jara: “El derecho de vivir en paz”, esa preciosa canción, emblemática, que ha acompañado por siempre el devenir de las movilizaciones del pueblo, junto a la voz de Víctor el sonido de la legendaria banda de Los Blops. De inmediato, me salta a la cabeza un verso parafraseado del poeta Neruda: “El eterno hilo en que se juntaron pueblo, rock y poesía nunca se cortó” y continúo escuchando a Víctor: “Tío Ho nuestra canción es fuego de puro amor”.

Tarareando la canción me levanto a la búsqueda del único libro de poemas de Ho Chi Minh “DIARIO DE LA PRISIÓN”, regalo de mi amigo el poeta José María Memet. Felizmente, luego de minutos de incertidumbre lo encuentro y vuelvo a mi sillón para volver a releer al Tío Ho.

El libro “Diario de la Prisión” fue escrito por Ho Chi Minh en pleno desarrollo de la Segunda Guerra Mundial, entre el 28 de agosto de 1942 y el 16 de septiembre de 1943, mientras estuvo encarcelado en decenas de prisiones chinas acusado de espía, siendo representante de la resistencia vietnamita contra el invasor japonés.

Ho Chi Minh apareció en este mundo un 19 de mayo de 1890 y como sabemos se convirtió, con el paso del tiempo, en el guía político y espiritual de Vietnam. “Ho el que ilumina” luchó contra los fascistas japoneses, contra los imperialistas franceses y contra los invasores yanquis. Los venció a todos, junto a su pueblo heroico y libertario.

“El diario de la Prisión” no debe considerarse un diario de vida como lo conocemos en occidente, se trata de 101 poemas desplegados como brevísimas postales, cuadros que dan cuenta del transitar por el horror y la incertidumbre de la perdida de la libertad.  Ángel Yanguas, traductor y editor de la versión al castellano, en 1974, bajo el sello de la Ediciones Tusquet señala en la introducción: “Lo que distingue su poesía es esa serenidad de espíritu, tan propia de una concepción budista de la existencia, ante el increíble cúmulo de adversidades”.  Agreguemos a esta apreciación lo que el mismo traductor señala citando a H. E. Salisbury: “En Ho Chi Minh no había tan solo el cerebro de un dirigente revolucionario y las aptitudes de un especialista en organización política, sino el alma de un poeta- filósofo al estilo de la gran tradición asiática”.

El poeta y líder revolucionario falleció el 2 de septiembre de 1969, seis años antes del triunfo del pueblo vietnamita contra el invasor norteamericano.

En 1990 con motivo del centenario de su natalicio, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) reconoció al dirigente vietnamita como Héroe de Liberación Nacional y eminente hombre de la Cultura de su nación.

Nosotros continuamos en nuestro septiembre escuchando la voz de Víctor Jara: “Tío Ho nuestra canción es fuego de puro amor… “

Poemas escogidos:

 

El cuerpo está prisionero,

Pero la mente puede escapar:

Y así ha de hacer cosas importantes,

Debe estar alerta y bien templada.

*     *     *

 

Recitar poemas nunca ha sido uno de mis hábitos,

Pero ahora en prisión, ¿qué otra cosa puedo hacer?

Pasaré estos días de cautiverio escribiendo poemas,

Y cantándolos acercaré el día de mi libertad.

*     *     *

 

ARRESTADO EN LA CALLE DE “ABUNDANCIA Y GLORIA”

En la calle de “Abundancia y Gloria”, la

vergüenza cayó sobre mí.

Y mi viaje quedó obstruido.

Soy un hombre honrado, con la conciencia

tranquila,

y sin motivo alguno fui acusado de ser

un espía.

*     *     *

 

MELODÍA

Qué gusto de echarme una siesta en la celda!

Por unas horas nos dejamos llevar en un

sonoro dormir.

Sueño que cabalgo por el cielo sobre un

dragón.

Al despertar, de golpe me veo otra vez en

la prisión.

*     *     *

 

ANOCHECER

Cuando acaba la comida,

el sol se pone por occidente.

Por todas partes surgen de pronto canciones

y música:

La lóbrega prisión de Tsingsi se transforma

En una escuela de bellas artes.

*     *     *

 

No hay flores, ni vino, para los presos,

¿Cómo entonces podemos celebrar esta

noche tan preciosa?

Desde el respiradero contemplo la luna,

Y a través de los barrotes la luna sonríe

al poeta.

*     *     *

 

AVISO PARA MÍ MISMO

Sin el frío y la desolación del invierno,

¿Quién vería el dulce esplendor

de la primavera?

En el crisol de la desgracia se ha fortalecido

mi corazón,

Y templado mi espíritu.

*     *     *

 

NOCHE FRÍA

En las frías noches de otoño, sin colchón,

sin mantas,

El cuerpo encogido y las piernas apretadas,

es imposible dormir.

La luna brilla sobre los bananos cubiertos

de escarcha,

Y la Osa Mayor asoma tras los barrotes.

*     *     *

 

EL CANTO DEL GALLO

No eres más que un simple gallo,

Pero cada mañana, con tu canto,

anuncias el alba

Despertando a la gente de sus sueños.

Tu misión es importante.

*     *     *

 

MI BASTÓN, ROBADO POR EL GUARDIÁN

Durante tantos años, siempre fuerte

y derecho,

Juntos fuimos a través de la nieve y la niebla.

Maldito sea el ladrón que me separó de ti,

Dejándome con mi tristeza y mi soledad.

*     *     *

 

EL SEÑOR MO, JEFE DE LOS CARCELEROS DE PINYANG

Mo, el jefe de los carceleros de Pinyang,

tiene un corazón de oro.

Con su dinero, paga la comida de los presos,

Y de noche, nos quita los grilletes para que

durmamos mejor.

Nunca emplea la violencia, sólo bondad.

*     *     *

 

AL CUMPLIRSE CUATRO MESES

“Un día en prisión equivale a mil años

en libertad”

¡Qué razón tenían los antiguos!

Cuatro meses llevando esta vida inhumana

Me han envejecido más de diez años.

En cuatro meses apenas he comido,

En cuatro meses apenas he dormido

En cuatro meses no me he cambiado

de ropa,

Y en cuatro meses no me he bañado ni una

sola vez.

He perdido un diente, mi pelo ha encanecido,

Flaco, sucio, roído por el hambre como

un demonio,

Y cubierto de llagas y sarna.

Por suerte, soy paciente e inquebrantable,

Sin vacilar ni un palmo,

Y aunque físicamente destrozado,

mi espíritu permanece íntegro.

*     *     *

 

GRAVEMENTE ENFERMO

Mi cuerpo, maltrecho por el inestable clima

de China,

Mi corazón, preocupado por las desgracias

de Vietnam.

¡Qué amargo es estar enfermo en prisión!

Pero seguiré cantando en vez de lamentarme.

*     *     *

 

NOCHES DE INSOMNIO

A lo largo de interminables noches en las

Que el sueño se rehúsa a venir,

He escrito más de un centenar de poemas

sobre la vida en prisión;

Al terminar una estrofa, dejo el pincel,

Y contemplo el cielo a través de los barrotes.

*     *     *

 

NOCHE DE OTOÑO

Ante la puerta, un guardia, fusil al hombro,

En el cielo, la luna se desvanece entre

las nubes.

Los chinches rondan como negros tanques

en la noche,

Los mosquitos atacan como escuadrillas

de cazas.

Mi corazón está con los míos, a mil líes

de aquí,

Mis sueños se entretejen igual que

una tela de araña.

Un año ha llegado a su fin, sin saber

que crimen cometí.

Con mis lágrimas escribo otro poema

de prisión.

*     *     *

 

LEYENDO LA “ANTOLOGÍA DE LOS MIL POETAS”

Los antiguos gustaban cantar

a la naturaleza;

Los ríos y los montes, el viento y las

flores, la nieve y la niebla.

La poesía de nuestro tiempo debe cantar

al hierro y al acero,

y los poetas, aprender a luchar

en la batalla.

*     *    *

 

LIBRE, CRUZO LAS MONTAÑAS

Las nubes abrazan a las cumbres,

y las cumbres abrazan a las nubes.

En el valle, el río brilla

como un espejo limpio e inmaculado.

Libre, cruzo las crestas de la Cordillera

Occidental camino del sur,

Y el corazón late con fuerza

pensando en los antiguos camaradas.

 

 

 

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