Poemas inéditos Juan Cameron

Lamento del centro delantero

 

 

Siempre supe que yo era el mejor de la cuadra

pero a los otros dale con juntas de vecinos

con el hermano de la reina del curso

con el heroico hijo del defensa central

compañero del Partido ahora exonerado

 

Siempre supe que yo era el mejor de la cuadra

el de las cartas de amor el de las palomitas

el de la media chilena y el cabezazo en el área

el inventor del chanfle envenenado

 

Aquellos me copiaban hasta el modo de andar

Yo no quería más cueca

fui el artífice de cuanta dicha aquellos aplaudían

como anónimo chico como asunto de otro

 

Me reía observando afuera del tablero

me lloraba mirando la fiesta y la vecina

 

Siempre supe que yo era el mejor de la cuadra

y ahora me repiten que no me conocían

me confunden con otro

y me abrazan

y alaban en su nombre las cosas que yo hice.

 

 

 

 

 

 

 

Confesión de un fotógrafo

 

 

Sonrían a la cámara

frente a mí posó la Historia y sus héroes y vuestras pesadillas

A la grandeza de aquellos opuse yo mi sombra

y tengo a la verdad cogida de la cola tal un lagarto en manos del captor

He visto yo a Vallejo cabreado de académicos mirar por la ventana

         por si llega el cartero

         (la toma de Houdini fue trucada)

He visto al Ché Guevara al exacto momento de cruzarse con Dios

a Salvador Allende con esa banderita que arrebató a algún niño

         al paso de las bandas militares

y tomé a Pinochet la foto del prontuario      esa de pobre gángster

         con gafas enmarcado

y en París esa del beso armado a la carrera

(Me estaba mostrando para tí porque todo gesto es verdadero

y por tí construí este imaginario       esa falsa moneda que el fraile comercia con

         sus fieles)

Sonrían a la cámara

He visto a Carlos Marx borracho junto a Engels en la gran noche

         del conocimiento

Es todo cuanto he visto y nada sé de golpes     de catástrofes aéreas    

         o desgarros colectivos

Yo fabrico la imagen:

El tiempo al que arranqué ese preciso instante ya no existe

 

 

 

 

 

 

 

Thanksgiving

 

 

Tómese nota: debo renunciar a esa invitación a Houston

a un encuentro internacional de poesía

convocado por cierta corporación carente de fondos

y no tengo ni tuve ganas ni tendré ganas

de estirar la mano a mi gobierno cuando soy convidado

y para serles franco

me asquea pedir visa a ninguna parte y carezco de interés

por conocer tal país     salvo claro está

para arrullar abrazar a mi hermana y a mis sobrinos y a sus hijos

y a toda esa hermosa prole crecida en las llanuras de Texas

a donde ya nunca iré a menos

se entiende

que la Primera Dama me llame a degustar

ese esperado tecito del Día de Acción de Gracias.

 

 

 

 

 

 

 

Penúltimas exequias

 

 

A medida que la muerte se te hace cotidiana

se despueblan las misas

Ayer tarde por ejemplo no estaban los mayores

algunos partieron en silencio y los otros ni siquiera supieron

por quien doblan las campanas

Los antiguos primos no bajaron de la capital

la esposa de uno sufre de algún cáncer

                   la de otro de una profunda depresión

que les impide asomarse a la vertiginosa muerte

Y hay ancianos irreconocibles por las escalinatas

en sus ropas signos olvidados

                            en su forma de orar

                                                        en sus modales

y sus bancas las miradas de las damas aún enfrían la espalda

Perdido ya el derecho a manilla otros cargan las culpas

resumidas por el cura en un perdón a la carrera

         donde nada hay que perdonar

Mal negocio

los nuevos jefes de familia no dominan el rito

ese ulular de brazos      ese apretar de manos      el incómodo saludo

mientras dedos más tiernos con mejores deseos

depositan una imagen arriba de la urna:

el deudo y un cachorro que observa a los presentes

con ojos extraviados.

 

En Memoria de Eugenio Delgado

 

 

 

 

 

 

 

Gambito

 

 

Siempre en los exámenes de idiomas

en partidas de ajedrez

en encuentros furtivos

tiré toda la carne a la parilla

siendo el primero

me hice en dos segundos de respuestas

me lancé entre la jungla tarzanescamente

así alfil al sacrificio en busca de su dama

y aquí me tienen sazonado

por el triunfo y la derrota.

 

 

 

 

 

 

 

1958

 

 

La oruga enrrollada así una espora salta y cae entre las hojas

El maestro de Zoología nos habla en lenta voz de la metamorfosis

y los casi adolescentes de entonces miramos tras los vidrios

el paso de las nubes y la tarde

Más allá se combate en Cienfuegos

Argelia se estira por salir de su corteza

y nosotros recorremos las calles alfombradas

camino al internado a cumplir el castigo

o a mirar las muchachas de regreso a sus casas

La oruga cae entre las hojas y se estira

Pasa toda una vida secretamente oculta

ajena a nuestros pasos

Los casi adolescentes partimos cada uno a su camino

Las nubes no dejan de pasar así los años

y a la vuelta de todo

a medio siglo de esa tarde recordamos la oruga
Es hermosa -decimos- y agregamos colores a su historia

y hablamos de nosotros:

destos muchachos ya cansados y serenos.

 

 

 

 

Con Teillier

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