Cuando las mujeres hablamos siempre perdemos algo
La historia de los Premios Nóbeles cuenta con 941 hombres galardonados y 52 mujeres. El Premio Nóbel de Literatura ostenta una estadística igual de irrisoria, pues sólo 14 mujeres lo han ganado. Sí, así de categórica es la brecha. De 108 medallas entregadas, 94 han sido para hombres y 14 para mujeres (10.5%).
Sin duda, la cultura machista y misógina ha permeado de manera tal que incluso, y hasta el día de hoy, escuchamos comentarios como “el premio se da por calidad y no por género”, “el premio ya no es lo mismo, ahora se lo dan por cuestiones políticas y no por calidad literaria”, etc. Leo estas frases y pienso si acaso han pensado que siempre los premios se han entregado en “contexto”. De hecho, es decidor el lente patriarcal para seleccionar y luego premiar, por algo las cifras. No creo que los hombres escriban mejor que las mujeres o sí ?
En fin, mañana es un día excepcional porque se anuncian dos premios Nóbel de Literatura. Recordemos que el año pasado la Academia sueca decidió suspender la entrega como un acto simbólico -políticamente correcto- debido a las noticias de acoso, abuso sexual y violaciones de parte de Jean-Claude Arnault (cercano a la Academia y a la toma decisiones/conflicto de intereses), quien fue condenado (a 2 años y 6 meses de cárcel por violación) junto con otros señores cómplices por callar y transformar “el premio” en una plataforma abyecta de abuso de poder.
Y esto que ocurrió en Suecia no está ajeno a lo que se vive en los círculos literarios chilenos. Las mujeres lo sabemos y algunos hombres también, pero se hacen los que no se dan cuenta, pues no les “conviene” hablar y quedar mal con sus “colegas” (que en general son los que deciden lo publicable y lo que no, los premiados y los derrotados, la lista de invitados a encuentros de escritores, etc.) Ya hemos vivido escenas patéticas de acoso de escritores a escritoras en presencia de más personas y nadie se pronuncia. De este modo todo se acomoda para que el silencio sea el protagonista de dichas aberraciones; las víctimas demoran años en denunciar, y luego, si queremos visibilizar, comprobar lo dicho, debemos buscar testigos, exponernos, y finalmente, perder algo, pues nosotras siempre perdemos algo cuando hablamos… siempre.
Como les comentaba, mañana 10 de octubre se entrega el Premio Nóbel de literatura 2019 y son varias mujeres las que se nombran como posibles ganadoras; Anne Carson (poeta y ensayista canadiense), Maryse Condé (narradora y ensayista guadalupeña) y la novelista china Can Xue. Además, y a regañadientes, suena el nombre de Margaret Atwood, Olga Tokarczuk (ensayista y poeta polaca), Liudmila Yevguéniyevna (escritora y guionista rusa). Todas son un aporte crítico-político a las letras de sus propios países y a las del mundo con trayectorias activistas honestas y reconocidas… y eso me alegra!
Siguiendo con el tema del galardón, y a pesar de la misoginia del canon literario y de la “insignificante relevancia” del Premio Nóbel de Literatura 2019 que ellos hoy día están divulgando en redes sociales, este jueves tendremos como mínimo a la decimoquinta mujer en obtenerlo. Y quizás no será relevante para la historia “única”, sin embargo, para la construcción de nuestra historia –la que escribimos desde nosotras– será un hito en el archivo que están conociendo las niñas y futuras escritoras. Por último, y como dice Madelaine Levy, crítica literaria del diario sueco Svenska Dagbladet, las y los premiados “podrían no aceptar el premio si consideran que ya no tiene valor”. Sin embargo, les recuerdo que tanto el “prestigio” como el “desprestigio” lo han creado “ellos”, por lo tanto, esta vez propongo que en serio “cuestionen el canon” y su profunda violencia, pues al fin y al cabo “los premios, premios son”… la vida real es otra!
Por Angela Neira-Muñoz
Escritora
Si usted sabe quiénes son los escritores que abusan, ¿por qué no denuncia? No juegue el juego que usted misma critica.
Parece que los premios sí son importantes. De lo contrario, este artículo no se justifica.