De Éramos estrellas, éramos música, éramos tiempo (Mago Editores, 2018)
ALWAYS ON MY MIND
Ya sé que esta noche
no te la canté como Elvis,
aún apagando las luces en esta ciudad
no se ven estrellas
y por borronear en mi ley
no podemos dormir juntos,
tienes que seguir volviendo a casa
de tu abuela.
En la de los míos espero me cuentes
la jornada por teléfono.
Sabes, estoy durmiendo poco.
A veces me paso horas soñando
con todo lo que queremos.
Hay días en que no salgo del cuarto
pero te canto con tanta decisión
que siento me perdonas
haberte arrastrado al foso de la poesía,
no poder escribirte un poema
como Annabel Lee.
[MI VIDA, MIENTRAS DUERMES ESTA TARDE DE VERANO…]
Mi vida, mientras duermes esta tarde de verano sin ropa, es recogerla y ponerla en su cajón, juntar la ventana cuando empieza el fresco, tener a punto la once. Escribir algo en que no queme el sol ni el hielo. Como si en tus sueños estuviéramos manguereándonos en un patio luminoso y verde. Y de fondo sonara Don´t Wait Too Long de Madeleine Peyroux.
PERDÓNAME
si a veces me ves de rodillas
por el Adagio En Sol Menor
de Tomaso Albinoni & Remo Giazotto,
bailo solo My Cherie Amour
o te dedico esa canción de Bensé
que no sé qué cresta dice
y que, sin embargo, dice algo
que tengo que decirte.
Más allá de su videoclip que me encanta
con sus preciosos clichés.
Quizás lo único que corregiría
sería no dejarla ganar al gato.
En fin, cuando acaba Jealous Guy
y la pongo otra vez
porque esa canción la quiero oír siempre
y dos veces
ahora mismo que no sé
si escuchar primero O Quereres
o Sozinho de Caetano Veloso
y acabo poniendo Nothing Compares To You
avergonzándome de pensar
que terminaría contigo para componer
una canción así.
ENVIAMOS AL POLO NORTE
una carta de puño y letra, a dos manos
en la que pedíamos al viejo pascuero
uno de esos aparatos
en que con una mano mecánica
sacas un peluche.
Una maquinita que no necesita monedas
o fichas.
Y que cuando pierdes
suena Las Nieves Del Kilimanjaro
de Pascal Danel,
cuando ganas Une Histoire De Plague
de Béatrice Martin.
CON FALDA A LA RODILLA,
blusa de lunares transparente
y zapatitos taco bajo
atraviesa el living
apenas llega del trabajo
a poner en el viejo tocadiscos
por ahora en el suelo
Che M’importa Del Mondo
de Rita Pavone
con lo que de inmediato sonrío,
dejo en no sé qué página el libro
mientras baila como Catherine Spaak
en el film La Noia.
Después corre a la pieza
a ponerse el pijama.
Prende justo el noticiario
donde el conductor
anuncia El Tiempo.
Con tres suaves golpecitos
en el cubrecama
pide ahora me ponga a su lado
alumbrados
sólo por avisos comerciales.
Ni siquiera vio la ensalada de zanahoria
quesillo y rúcula
que le tenía servida en un plato
tapado con otro plato.
CON ESAS PANTYS DE CALADO NEGRO
escucha Bette Davis Eyes
de Kim Carnes con audífonos
y pasa la aspiradora en mi pieza
mientras reviento las bolitas
del plástico burbuja que la envolvía
y pienso que ganó otra batalla
pero no la guerra.
*****Ernesto González Barnert (Temuco, Chile, 1978) ha recibido por su obra poética el Premio del Consejo Nacional del Libro a Mejor Obra Inédita 2014, el Premio Nacional Eduardo Anguita 2009 y el Premio de Honor Pablo Neruda de la U. de Valparaíso 2007, además de varias menciones y becas. Entre sus últimos libros publicados está Equipaje ligero, antología realizada por Mauro Quesada para el sello trasandino La Carretilla Roja y la reedición también en Argentina de su obra Trabajos de luz sobre el agua en HD ediciones durante el 2017. En Chile, publicó el libro Éramos estrellas, éramos música, éramos tiempo (Mago Editores, Colección Raúl Zurita, 2018).