Poesía total, Eliana Albala. Editorial Cuarto Propio, Santiago, 2024.
Por Eleonor Concha.
Imprevistamente, se me solicitó presentar “de urgencia” este libro tan esperado, la autora, Eliana Albala, es poeta y académica, tallerista y ensayista, cuentista, incluso, novelista oculta, pero acaso, ¿Será que estas 220 páginas nos lleva a esta totalidad que es la autora? ¿Lograremos ver en este texto aquella promesa de la hablante: “Áspero canto rudo, pero mío, / voy a cantarte así,/ lloviéndote a pedazos/ desde el agua más pura de mis ríos.”? (de Prólogo), no me extraña en todo caso el título de esta obra: Poesía total, que se constituye en la apertura de una obra vital, terrible en muchos casos, nombre que es al mismo tiempo sencillo y enorme.
No me extraña porque los nombres de sus libros, traen en sí mismos esa simpleza que contiene una historia: Los ríos, por ejemplo (1959), donde la palabra amor adquiere diferentes significados, tras la belleza de versos que parecieran, pero no son, simples, cartas de amor a otro que mira a través de los ojos de la hablante: “Amor, tú y yo sabemos / el sabor de esta tierra / filtrando sus raudales, / torrentes fugitivos, / molinos con su canto / mordiendo las cascadas.” del precioso poema Mapocho, hermano oscuro.
El sabor de esta tierra, que se escabulle de las manos de la hablante cuando tiene que partir, como se puede leer y sentir en: Los que nos fuimos sin las cosas (2014) que nos introduce en la pesadez del exilio, la perdida de los recuerdos, la memoria de las pequeñas cosas, tanto al ir, como al Volver (2023), y, en medio de aquello, el gran tema de la poesía: la muerte, que configura el poemario DE TEMAS TAN TRIVIALES COMO EL TIEMPO Y LA MUERTE (2018).
Sin embargo, la urgencia hace imposible recorrer los libros como se quisiera, debo decir que tengo en mi poder el libro Los que nos fuimos sin las cosas, y he escuchado de la boca de la poeta, varios de sus poemas, además del imprescindible Volver.
En estos textos, he logrado ver la profunda melancolía que se vive en el exilio, el irse obligada, a los brazos de otro que la espera, el volver anhelante, a un país que casi te es extraño, pero volver igualmente sola. Los versos de profunda atención a lo perdido, y la difícil tarea de escoger qué llevarse, qué traer, y sin embargo, saber que uno cabe en una maleta.
Aquella realidad de ser un nómade obligado, de no estar sujeto a las cosas, que a pesar de ello, amamos, creo que es lo que nos permite ponernos en su lugar, seguir su tránsito, recorrer el camino de ida y vuelta.
Entre un momento y el otro, entre los que nos fuimos y el volver, sucedió simplemente la vida, simplemente la muerte, aquello que sucede en forma “tan trivial”, tan sin darnos cuenta. Por eso estimo que estos son versos que se deben leer con suavidad, de a poco, para no ser sacudidos por los extremos de la existencia, ese hilo que conecta el primer y el último suspiro.
En El otro lado de las cosas vivas (1986), aparece aquella genialidad de la autora.
Cómo no ir tras del amor que espera al hablante:
El que me quiso suya / penetró poco a poco / para dulcificar lo establecido. / Se baña / y está limpio / como la noche de los campos. / Ama las uvas y se calla / para comerlas en silencio, / y conoce su nombre / y también el mío. (de Plegaria)
Cómo no padecer junto al hablante cuando el recordar es un mero tránsito entre la vida o la muerte:
Hoy comenzó el olvido. / Comenzará después, pero hoy comienza. / Imagina qué hubo / anteriormente. / Pensemos bien, pensemos qué habrá desde este punto / hacia atrás. / Mapochos fugitivos. / Cadáveres llameantes. (de Hoy comienza el olvido)
Cómo no agradecer la tenue vista de un lugar que no conocemos, Cuernavaca:
Cuernavaca de los artistas que dibujan / tu luz, / poetas de las cosas bellas / poniendo orquídeas en tus árboles./ Aquí se sientan contra el sol / para estar a tu espalda: / multiplicada huella de quebradas, calcándote / a ti misma, matemática. (de Cuernavaca doblada en los espejos del aire)
No es suficiente decir que este libro es Total, pero quizás pudiéramos acceder a su contenido a través de una imagen: toda persona que ama la vida, puede retratarse en este libro, no la vida de una persona sencilla, sino que una que ha vivido una “vida interesante”, aquella vieja expresión china que es a la vez una bendición y una maldición, esta poesía, contiene esa promesa, esa realidad y su reflejo.
POEMAS/SELECCIÓN
Río de cielo
Entonces,
por aquellos que somos
de la calle y del tiempo
cuando en el aire vuela
la distancia del ala,
viene la lluvia y cae
como un río de asombro.
Amo la prolongada gota
de este río que llueve
desde un cielo a la tarde.
Amo el agua que emerge, repetida
desde donde se ignora,
mientras por ella se alza
la calle al universo.
Una pregunta
El tiempo de los hombres
…con un ala en la vida,
con un ala en la muerte…
también
ese enemigo
que se repite
y que traiciona…
y la imagen extraña
de un intruso que acecha
en los espejos…
y este asombroso amor
secretamente cotidiano…
y acaso
el sueño fantasioso
de la noche
y la alquimia…
son la otra parte
de nosotros mismos?
Eliana Albala. Chilena. Vivió durante 45 años en México. Regresó a Chile en 2019. Miembro correspondiente de la Academia Chilena de la Lengua para México.
Doctora en Literatura. Dio clases en la UNAM durante 25 años. Enseñó temas filológicos y literarios en la Universidad Autónoma del Estado de Morelos durante 20 años. Seminarios de Teoría Literaria, Seminarios Filológicos, y Cursos de Ensayo en el Centro de Investigación y Docencia en Humanidades del Estado de Morelos: hoy Colegio de Morelos.
Fundadora de la Escuela de Escritores de Cuernavaca: dirige talleres de escritura creativa durante 15 años. Ha recibido importantes premios únicos como poeta, cuentista y ensayista. Artículos, ensayos, cuentos y poemas suyos han aparecido en periódicos, revistas especializadas y antologías. Ha publicado cuatro libros de poemas, un libro de cuentos, dos libros de cuentos infantiles, una novela juvenil. Y seis libros de ensayo sobre teoría literaria.
Ha dado cursos de actualización, participado con ponencias, dirigido talleres, dado conferencias y clases magistrales.
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Eleonor Concha (Chile). Poeta, magister en literatura, tiene 4 libros publicados y uno en preparación, ha publicado con Mago Editores, RIL Editores y ahora con la editorial Casa de Barro. También escribe reseñas de libros y comentarios literarios en las revistas 13 Mirlos y Carajo además del Proyecto Patrimonio. Ha Sido publicada su obra en la Revista Altazor, la misma 13 Mirlos, Catedral Tomada y Gramma, estás dos últimas la primera de La Universidad de Pittsburgh, Estados Unidos y la segunda de la Universidad El Salvador de Argentina. Ganó el Premio Oscar Castro con su poemario El dolor de los huérfanos, escrito en honor de su madre.
Excelente reseña de Eleonor Concha, sensible como hace falta cuando se reseña lo sensible, suficientemente exhaustiva en la lectura y homenaje a la poeta, ensayista, docente chilena cuyo corazón de exiliada -en esa casa grande que fue México para tantas y tantos chilenos- merece ser escuchado, porque leer es escuchar y sentir el latido de las palabras y los versos.