Buenos Aires. Ema Vilches. Dos poemas

 

Kobané

“Dice la madre que amarró a sus hijos con su vestido bordado para que no se pierdan: No pasarán”
Hussein Habacsh
A la mujer Jardín , Viyan Peyman.

 

 

En el jardín de Gulistán
las mujeres  acarician sus cabellos,
se trenzan con flores y cintas rojas
en una red invisible.
Tejen cada día una esperanza,
lejos de sentarse a rogar que Ulises regrese.
Cocinan y rien,
con sus kalashnikovs  al hombro,
Consuelan a los niños,
alientan  a sus hombres,
señalizan el desierto inundado de minas personal….
Ser mujer y Kurda en medio oriente es una condena segura,
a la muerte o a la servidumbre,
Isis llega a sus aldeas, mata a sus familias
las obliga a ser las putas-esposas de sus tropas.
Las mujeres kurdas no han tenido opción:
es ser esclavas de esos  cobardes,
O unirse a la guerrilla kurda.
En el jardín de Gulistán
las muchachas danzan en sus círculos,
encienden antorchas que entibien la noche.
Canta triste Viyan Peyman
hoy han partido algunos amigos.
Lloran y se sostienen
gritan y se enojan,
reclaman sus niñas capturadas;
visibilizan el dolor que es vivir
en el centro de la nada.
En el jardín de Gulistán
las muchachas envuelven sus miedos
en oxitocina,
una dentro de la otra
y de la otra
y de la otra
hasta gestarse de nuevo.
Las tropas de Isis pelean
porque creen en un paraíso al morir,
las milicianas kurdas
lo están construyendo en ésta tierra.
No hay nadie
que lo haga por ellas.
Nadie mejor que ellas,
para hacerlo.

 (poema publicado originalmente en revista otrolunes.com)

 

Ay Guate

Dedicado a las 41 niñas quemadas vivas en el Hogar seguro
“virgen de la Asunción “

Allá en el monte
Hace frío
El hambre ronda a las niñas
Y se las llevan los demonios tatuados
Los ataviados de verde
Los vendedores de coca
El hambre ronda a todos por igual
Pero las niñas valen más que las viejas
Sus cuerpos tibios
Sus rostros dulces
Sus pieles suaves
Las niñas son manantiales de vida que portan vida
El hambre ha sitiado al pueblo desde sus colinas ricas e indiferentes.
El pueblo carga su dolor
Las niñas son abiertas como moluscos marchitos hasta sacarles sus perlas
Entre sus piernas fluye
L a sangre
La muerte
El espanto
Un genocida se retira a su morada de flores.
Un estudiante denuncia las injusticias
La poesía escribe la historia
Una mujer teje alrededor de Guatemala un huipil de clemencia
Nadie quiere venganza

Estamos todos tan tristes
Que la justicia
Sería la alegría.

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