Arte de cortante de Marcelo Novoa: “Una generación aferrada al culo del fracaso”

 

 

El poeta viñamarino Marcelo Novoa (1964)  comenta las claves de su generación a partir de una nueva edición del ya clásico libro Arte cortante bajo Ediciones Altazor. Arte cortante es un libro en crecimiento constante que ha cruzado casi 30 años de historia. El libro ha agregado textos a su edición original en diversas reediciones hasta ésta última, y así recoge tres décadas de su producción poética. Marcelo Novoa, que ubica su punto de partida en una confusa escena literaria de los 80, donde se dispersaron los referentes y por tanto las propuestas mismas, fueron quedando fragmentos que en el caso del poeta Novoa presentan una ruptura sofisticada de su entorno y condición personal, ejercida desde la “rabia, desconfianza, distanciamiento, dentro y fuera de las palabras”.

 

TRES PREGUNTAS

Publicamos aquí el resultado tres preguntas de una entrevista mínima, además de una selección de poemas del la nueva edición del libro “Arte cortante” edición 2019.

 

1) ¿Cómo crece Arte Cortante en más de 20 años respecto a su misma generación? ¿Acompaña sus transformaciones o se va desarrollando en el imaginario?

 

R: Lo que partió como un work in progress de un artista cachorro, sin nada de cálculo por cierto, ha devenido en tres décadas de creación bajo sospecha, un cajón de sastre que se auto-organiza en sucesivas “temporadas en los infiernos de provincia”, que me llevaron desde una adolescencia callejeada en dictadura, pasando por la mayoría de edad erótica en democracia vigilada, hasta hoy, que pago mi condena laboral bajo la insalubre tutela del capitalismo más tardío… Y en todas ellas reconozco una y la misma marca de época: rabia, desconfianza, distanciamiento, dentro y fuera de las palabras.

 

Por más señas, mi “generación aferrada al culo del fracaso” se constituyó en extramuros rascas, no esos suburbios cuicos, pero igual nos guiaba una disidencia eufórica y algo suicida, porque el futuro esplendor nunca llegó… para nadie. Y en mi caso particular, crecí tal isla errante al medio de un archipiélago (pienso en Malú Urriola, Sergio Parra, Víctor Hugo Díaz y Guillermo Valenzuela, en Santiago, pero también desde el sur, Yanko González, Jaime Huenún o Harry Vollmer, y del norte, Jaime Retamales y Javier del Cerro, con quienes compartíamos afinidades rockeras o tics urbanos, que nos volvían una pandilla desafiliada a ultranza).

 

Y mis afluentes bebían cócteles con mezclas fatales, sin saciarse nunca, desde los beatnicks a los dadaístas, del spleen baudelariano al salvajismo de Lautreamont, de los suicidas chilenos (Lira y Rubio) a los runrunistas, ignorados todavía (Pedro Plonka flota en el viento porteño); de la prosa anfibia de Sarduy al respiro suelto y breve del Cortázar final. Y mucha novela de mitad del siglo XX y más cine de los 60-70tas y toda la música de los 80tas (no la new wave ni el canto-llanto-latino) sino una más rarita, avantgarde e indy (Aqzak Maboul, This mortal Coil, The The y Talk Talk, allá afuera; Tryo, Luis Toto Alvárez, Fulano y Huara, acá dentro).

 

 

2) Inauguró su propia estética de lo urbano en Arte cortante. ¿Siente que su poesía, en ese sentido, es una representación permanente de nuestra condición humana, social, afectiva?

 

R: Hoy más que nunca, donde la falta de empatía social, esa esquizofrenia avalada por formas inimaginables del consumo y el post-individualismo a ultranza nos carcomen. Y mis versos buscaban dar cuenta de tales desasosiegos urbanos, primero bajo Dictadura (pero también dentro de la cárcel del cuerpo adolescente) y luego, sorpresa! También en la democracia más infecta, esa que llegó con los acuerdos entre verdugos, hasta hoy, con el escamoteo-peloteo masivo de tanta postverdad al alcance de un clic. Y sí, lamento sentirme uno de aquellos que aguaron la fiesta del perdonazo sin reparos ético-estéticos o meta-lingüísticos más que fuera. “…un simple parpadeo pone todo a temblar. así se han ido de secos estos años, desperdiciados para lo grato, lo bello, lo feliz…”

 

Y aquello que surgió espontáneo de esa búsqueda no verbalizada, de lo oculto o velado, sólo visible al niño-que-sin-saberse-poeta-aún… (“¿Sueles atisbar por las tablas sueltas de las demoliciones?” Así lo dejé consignado en mi primer intento (LP, 1987), a la larga resultó ser una pesquisa amorosa de lo que resta de esas noches asesinas, como inciertas figuras desvaneciéndose en ventanales empañados de ciertos moteles de madrugada o los escombros del deseo en topless al mediodía de mala muerte. Allí me veo apoyado en fachadas apenas sostenidas por una imagen poética que va perdiendo valor, o como el vaho mortecino de la palabra calor en labios amoratados de parejas cuneteras pleno invierno… Podría seguir, pero creo que dejé claro el punto cuando dije: “sólo una cosa no olvido, es el dolor…“.

 

 

3) ¿Qué lee y que es lo qué no lee?

 

R: Releo a las retaguardias dentro de la Vanguardia latinoamericana, pienso en Roberto Juarroz, Martín Adán, César Dávila Andrade o José Gorostiza, que aparecen en este “arte cortante” (2019) y por cierto, a mis amados contertulios porteños, hoy en sombras amorosas convertidos: Ennio Moltedo, Juan Luis Martínez, Rubén Jacon, Eduardo Correa, Renán Ponce y Axa Lillo. Y casi siempre que puedo y me alcanza, a las mujeres poetas de toda época y/o edad, que son aire fresco, rebelde y liberador de este panteón de machitos pluma en ristre (que más bien es a la rastra...). Y entonces queda claro que no leo ni leeré: poemenos (nunca poemás) por encargo de trasnacionales de cuarta, ni poetas-fármacos-vencidos rec(i)(e)tando sus farmacias de urgencia retórica, ni alocadas diatribas de tribus de un solo individuo atribulado, o lo que es lo mismo, alejen de mí esas bellas armas de fogueo cargadas de pamplinas extra-ordinarias… Mejor, hoy por hoy, veo cine “fantástico” de nuevo cuño, tipo: The Ghost Story (2017) que es un poema por donde se le mire… O también escucho nuevas voces musicales que no temen contaminarse, expandiendo inéditos espacios sonoros donde estar, como el cuarteto folk dark ucraniano: Dakha Brakha o la multibanda texana: Mother Falcon, hijos e hijas de este siglo XXI y por ello, con luces y sombras propias que aún me interesa oír mientras me tambaleo en mezzo del camino…

 

 

 

 

Selección:

 

 

 

 

lección de precipicio

vértigo de innúmeros pisos
no atrae al suicida tampoco
vacío de ascensor indecente
bostezo del cielo embobado
labios entreabiertos gigante
caries en plena boca de dios

 

 

 

 

mercadería para naufragios
a Enrique Lihn
polillas, pierden el tiempo.
la sangre circula sin acuerdo por mis venas.
los oscuros los locos las mantenidas siéntanse
pasar, como orquesta de malentendidos que
se hunde, estas líneas a pique quieren
declararse en quiebra sentimental. no
concibo otra celebración que este frío vaso de
incomunicable amor por la especie.

dejemos al gusano respirar.

 

 

 

 

generación aferrada al culo del fracaso


                                                              Para Yanko González

tararear la cantinela que espanta
será tan corrupto como entonarla
oír afuera risotadas acribillando
puerta giratoria si recibes camisa
ardiendo descaro recién sustraída
de la misma lavandería del averno

mala cueva poesía cáete muerta
si acostumbrabas masturbarte
con profanas tonadas cada tanto

dicha esperma blanqueó tu celda
prótesis relucientes sostienen
cielo fatigado de signos cojos
………………………………
a postrarse los huebones
por aquí pasó un poema!

 

 

 

 

nunca bailé la horrorosa onda disco


                                                                        A Ronald Smith

juro que vi cuerpos hinchados de tedio, pies
lastimados por ningún rito, insomnes parejas
muertas en las cunetas.

tristes luminarias sobre pobres galpones
alumbrando su torpe contento, apenas un delito
de multitudes: juvenil tierra baldía, donde tirar
bajo la mortecina luna coca-cola.

ahí bebimos licor barato, temprano para retornar
a casa poblada de objetos fantasmales que
amaron nuestros padres. sin soñar siquiera una
fosa i dormir al ocupado mediodía de los demás.

 

 

 

 

pensemos en poetas no fechas muertas


                                                                                  Poetas todos
RIP.

porque he golpeado tantas veces estas puertas,
hasta sé de memoria sus muros i donde acaban,
allí no resta esperanza ni alegría sobra, menos
rumiar mansa melancolía, tanto así nos lastime
robar versos ajenos cada noche: atroces flores
que solo lautreamont llamaría sus hermanas.
habrá maldad en mí, poe, tan bien que respiro
entre amables cadáveres? me repito el consejo
de pessoa: escribir en una página en blanco fin.

 

 

 

 

 

 

Por: Equipo Carajo.cl

 

 

 

 

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MARCELO NOVOA (Viña del Mar, 1964)

Poeta, editor y crítico. Antes académico PUCV, hoy profesor de Liceo Artístico Gronemeyer Quilpué. Doctorando en Literatura. Fundó la Editorial Trombo Azul de Valparaíso, gestión independiente de culto de los años 80tas. También, cumplió funciones de editor de Universidad de Valparaíso Editorial por casi 10 años. Ha publicado poesía, crónica y antologías, entre sus principales títulos destacan: “LP” (1987, reeditado el 2017 por Mago Editores, en su versión íntegra), “arte cortante” (poemas reunidos desde 1993 (RIL), 2003 (Ediciones UV) y este 2019 (Altazor Ediciones), siendo antologado este mismo año en sendas Antologías de Catalonia y Mago Editores. Como creador y agente cultural realiza talleres, cursos y charlas, además de participar en diversos recitales locales, encuentros nacionales y congresos internacionales, desde hace 20 años a la fecha. A todo ello, junto al hito: “Años Luz. Mapa estelar de la ciencia ficción en Chile” (2006) suma la organización de “Chile Fantástico: 1810–2010” la mayor exposición temática del género, en la Biblioteca Nacional (2008) y, cinco exitosas versiones de la “Semana Fantástica” en Valparaíso, y siete temporadas del “Ciclo de Literatura Fantástica chilena”. Su editorial Puerto de Escape y su sitio: http://www.puerto-de-escape.cl/, se han convertido en referente obligado en la escena fantástica latinoamericana, y él mismo, es uno de los nombres claves del reconocimiento y expansión que la Ciencia Ficción chilena goza hoy día.

 

 

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