El Salvador. Evelyn Galindo-Doucette. “La hipertextualidad de Don Quijote de la Mancha en “El país bajo mi piel” de Gioconda Belli”

gioconda belli

 

 

En su cuento “Pierre Ménard, autor de Quijote” Borges imagina que Pierre Ménard escribe una nueva versión de Don Quijote de la Mancha (1605) sin copiar el original.  Con sus propios recursos Ménard ambiciona escribir un texto idéntico a la obra maestra de Cervantes:  “Su admirable ambición era producir unas páginas que coincidieran palabra por palabra y línea por línea con las de Miguel de Cervantes.” Ménard logra reproducir fragmentos del Don Quijote original, pero aún siendo literalmente idénticos, el narrador estima que la versión de Ménard tiene una riqueza adicional que no se encuentra en el original de Cervantes.  A pesar de su gran esfuerzo el texto de Ménard no es El Quijote porque tanto el narrador como Pierre Ménard ya conocen la obra maestra de Cervantes.  Ménard explica:

A los doce o trece años lo leí, tal vez íntegramente. Después, he releído con atención algunos capítulos, aquellos que no intentaré por ahora…Mi recuerdo general del Quijote, simplificado por el olvido y la indiferencia, puede muy  bien equivaler a la imprecisa imagen anterior de un libro no escrito.  Postulada esa imagen (que nadie en buena ley me puede negar) es indiscutible que mi problema es harto más difícil que el de Cervantes.

El olvido y la indiferencia que señala Ménard con respecto al texto anterior sugieren que lo que labora para escribir es apenas un palimpsesto de lo anterior; un documento que intenta borrar lo ya escrito para volver a escribir por encima del original.  En este cuento Borges propone que la versión de Ménard es un palimpsesto del original; se escribe y se interpreta la nueva versión con el texto de Cervantes como trasfondo en otro momento histórico y literario que necesariamente imbuyen la reproducción con un significado plenamente nuevo.

El país bajo mi piel (2001) de Gioconda Belli es un texto actual que, igual a Pierre Ménard, es un palimpsesto del original Don Quijote de la Mancha.  El libro es el testimonio autobiográfico de Gioconda Belli donde ella narra los episodios más significativos de su vida como su despertar político, la revolución sandinista, sus varios exilios, el nacimiento de sus hijos, sus relaciones amorosas, y su experiencia conflictiva con los Estados Unidos.  La autora nace en Managua en 1948 en una familia aristocrática.  De joven es activa en la lucha por acabar con la dictadura de Somoza y en 1970 se une al Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).  Debido a sus actividades políticas antisomozistas se exilia a España en 1974, a México en 1975 y a Costa Rica en 1976.  Regresa a Nicaragua cuando los sandinistas toman poder del gobierno en 1979 y ocupa puestos administrativos en el gobierno del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).  En 1990 cuando el FSLN admite su derrota Belli sale de Nicaragua para establecerse en los Estados Unidos con su marido.

En Palimpsests: Literature in the Second Degree (1997) Gérard Genette explica que la poética tiene que ver con las relaciones transtextuales entre textos en vez de con el análisis de obras maestras particulares.  Genette define la transtextualidad como “all that sets the text in a relationship, whether obvious or concealed, with other texts”(1).  Aquí, me interesan sobre todo dos aspectos de la transtextualidad de Genette; la paratextualidad y la hipertextualidad.  Genette define la paratextualidad como los elementos estructurales que no entran directamente en el texto narrativo; los títulos, los títulos de capítulos, los prólogos y las notas.  Estos elementos son claves para la recepción de un texto porque guían la lectura y dejan pistas para el lector sobre las intenciones del autor (Allen 103).  Genette define la hipertextualidad como “any relationship uniting a text B (which I shall call the hypertext) to an earlier text A (I shall, of course, call it the hypotext), upon which it is grafted in a manner that is not that of commentary…a text in the second degree” (5)  Es decir que los hipertextos son textos derivados de otros textos.  La hipertextualidad es un aspecto amplio de la transtextualidad que va más allá de los elementos paratextuales.  En este trabajo quiero mostrar cómo la novela de Belli articula un sistema literario que proviene de El Quijote.  Primero, muestro que  la novela de Belli es un hipertexto cuya estructura narrativa depende de Don Quijote de la Mancha como un hipotexto.  De ahí se enfoca el análisis en los momentos en que la imitación amplifica una posibilidad o transforma una motivación que no se explora en el original.  Genette explica que la representación nunca es una copia exacta y necesariamente introduce una versión transformada del original “saying the same thing differently/ saying another thing similarly” (Genette 6).  Estas transformaciones interrumpen la linealidad de ambos textos ya que introducen nuevas posibilidades de interpretación.

En términos formales, los títulos de los capítulos de El país bajo mi piel establecen una relación clara entre este libro y el estilo renacentista que se ejemplifica en Don Quijote de la Mancha.  En Don Quijote hay más de cincuenta capítulos breves en cada parte y los títulos de los capítulos suelen ser frases que describen lo que sucede en esa parte de la narración: “CAPÍTULO XLV De cómo el gran Sancho Panza tomó la posesión de su ínsula y del modo que comenzó a gobernar” (Cervantes 887).  En El país bajo mi piel hay cincuenta y ocho capítulos con títulos del mismo estilo: “De cómo un fracaso militar se convirtió en una victoria política” (Belli 223).  En el último título de capítulo Belli se declara “una Quijota” dejándole al lector una clara referencia intertextual a Don Quijote de la Mancha: “Donde está Quijota termina de contar sus memorias.”  Los títulos son una pista paratextual clara de que hay una relación entre este texto y Don Quijote de la Mancha.  Ya para cuando el lector nota afinidades menos obvias entre los textos ya está atento a la articulación de un sistema semiótico quijotesco en El país bajo mi piel.

Otra semejanza entre los textos es la clase social de los protagonistas.  Como ya se ha establecido, Gioconda Belli es una mujer de la clase alta nicaragüense.  Ella abandona su clase para unirse a la causa de justicia social de los sandinistas.  A pesar de su compromiso político, nunca deja de identificarse como una mujer burguesa:

Modesto me miró los pies fijamente, durante largo rato.  Mis pies largos, blancos, delgados, burgueses.  Imaginé lo que estaría pensando.  Ya me había admitido un día de tantos que temía que sus hombres, su tropa, no comprendiera que se hubiera enamorado de mí.  Le mortificaba que consideraran que era una debilidad suya amar a alguien como yo…a la gente como yo, solapadamente se les cobraba el origen de clase.  Era como una vergüenza con la que uno debía acostumbrarse a vivir, una suerte de pecado original perdonado pero que nunca se olvidaba.  (Belli 376)

Así como Gioconda Belli, Don Quijote es un aristócrata de la clase social alta.  De hecho, el tener tiempo de ocio le da la oportunidad de leer los libros de caballerías que desatan su locura.  Otras pistas de la clase social de Don Quijote son el ser dueño de una hacienda y el vender terrenos para leer más y aumentar su colección de libros.  Es más, vive con su sobrina y mantiene un ama y un mozo que trabajan por él en su hacienda (Cervantes 28).  Al igual que Belli, Don Quijote renuncia los privilegios de su clase en su lucha para conseguir un ideal.  La relación hipertextual entre los textos aporta un tono entrañable y lúdico a la autobiografía de Belli.  Contra el trasfondo de Don Quijote, el sandinismo adquiere un tono menos político; es el castillo mágico idealizado e imaginado de una joven nicaragüense.

La función de los libros en desatar la “locura” de los protagonistas es otra muestra de la conexión hipertextual entre los textos.  Don Quijote entra en el mundo fantástico cuando lee “demasiado” y empieza a creer que es real el mundo imaginario de los libros:

Llenósele la fantasía de todo aquello que leía en los libros, así de encantamientos, como de pendencias, batallas, desafíos, heridas, requiebros, amores, tormentas y disparates imposibles, y asentósele de tal modo en la imaginación que era verdad toda aquella máquina de aquellas soñadas invenciones que leía, que para él no había otra historia más cierta en el mundo.  (Cervantes 30)

De la misma manera Gioconda Belli cuenta que de adolescente se dedicó a leer y que esta lectura fue lo que la hizo creer en una realidad imaginada:

Durante la adolescencia me dediqué a leer.  Leía con voracidad y pasmosa velocidad.  Julio Verne y mi abuelo Pancho -que me proveía libros-fueron los responsables de que desarrollara una imaginación sin trabas y llegara a creer que las realidades imaginarias podían hacerse realidad.  Los sueños revolucionarios encontraron en mí tierra fértil.  (Belli 11-12)

En Belli, el idealismo y la locura de Don Quijote se ven transformados por el momento histórico actual; la lucha del FSLN contra la dictadura de Somoza.  El hecho que los libros hacen que Belli se imagine como posible las ilusiones románticas de revolución se puede interpretar como ejemplo de la influencia de la lectura del hipotexto en la autora.  Sin embargo, la “locura” de Gioconda Belli adquiere otro tono en el hipertexto muy distinto a la “locura” graciosa de Don Quijote.  En el caso de Belli su “locura” se manifiesta como una alerta crónica a causa de la persecución interiorizada y los encantos son políticos en vez de mágicos como se ve con el ejemplo de Fidel Castro; el buen cristiano que engaño el mundo cuando en realidad era un peligroso comunista (Belli 19).  Mientras la “locura” de Don Quijote es un elemento humorístico, la yuxtaposición con la “locura” política de Belli, amplifica la posibilidad no explorada en el original que la “locura” del Ingenioso Hidalgo es en realidad un impulso heroico serio semejante al anhelo de Belli por una sociedad mejor:

En efecto, rematado ya su juicio, vino a dar en el más extraño pensamiento que jamás dio loco en el mundo, y fue que le pareció convenible y necesario, así para el aumento de su honra, como para el servicio de su república, hacerse caballero andante, e irse por todo el mundo con sus armas y caballo a buscar las aventuras, y a ejercitarse en todo aquello que él había leído, que los caballeros andantes se ejercitaban, deshaciendo todo género de agravio, y poniéndose en ocasiones y peligros, donde acabándolos, cobrase eterno nombre y fama.  (Cervantes 30-31)

En El país bajo mi piel Belli cuenta su vida por “salidas” valiéndose así de la estructura narrativa de Don Quijote de la Mancha.  El propósito fundamental de Don Quijote es resucitar la caballería andante para servir honradamente a su república.  Para ello, sale en tres ocasiones a los caminos en busca de aventuras y fama.   Estas salidas organizan la acción principal; las dos primeras salidas forman la Primera parte de la novela; la tercera salida ocupa toda la Segunda parte.  En las primeras dos salidas, el idealismo de Don Quijote contrasta con la realidad dura que encuentra en el camino.  Un episodio que ejemplifica el tono de la Primera Parte ocurre en el segundo capítulo cuando Don Quijote llega a la venta de Juan Palomeque por primera vez y se imagina que ha llegado a un famoso castillo.  Ve a dos prostitutas en la puerta de la venta y le parecen hermosas doncellas.  Don Quijote las trata con mucho respeto lo cual les parece ridículo a las muchachas: “cosa tan fuera de su profesión, no pudieron tener la risa…” (Cervantes 38).  Ellas se burlan de él y Don Quijote se enoja sin poder entender la imprudencia de las muchachas.

En El país bajo mi piel, las salidas de Don Quijote se transforman en exilios.  La acción principal de El país bajo mi piel se estructura alrededor de los exilios de Gioconda Belli.  El primer exilio tiene lugar en 1974 cuando sale de Nicaragua, con el pretexto de viaje a Europa, a causa de su involucramiento político:

No recuerdo si al sugerir el viaje a Europa puse sobre aviso a mi esposo de que, además de una segunda luna de miel, se trataba de sacarme a mí de un apuro político sobre el cual nada podía explicarle.  Algo debo haber dicho para justificar que tendríamos que dejar a las niñas con mis padres para Navidad.  Sin embargo, la revelación exacta de mis vinculaciones peligrosas vino después, cuando le enuncié que no regresaría con él a Nicaragua, sino que esperaría en casa de mi hermana Lucía, cerca de Barcelona, el aviso de que la costa estaba despejada de riesgos para mí.  (Belli 140)

Igual a Don Quijote, el idealismo de Gioconda Belli cruza con la realidad que encuentra en el exilio.  Por ejemplo, cuando está en España, Gioconda describe constantes pleitos  con su cuñado Antonio a causa de sus opiniones políticas contrarias.  Gioconda le saca las cuentas a Antonio del legado de barbarie española en las Américas y él la contraataca burlándose de su “romanticismo revolucionario” (Belli 144).  En su segundo exilio cuando está en Costa Rica, su marido la acusa de abandonar su familia y está a punto de perder a sus hijas.  Sus exilios y los conflictos entre los ideales revolucionarios y la realidad se pueden interpretar como una reconstrucción de las primeras salidas de Don Quijote.

             Al final de la Segunda Parte de Don Quijote de la Mancha, Don Quijote vuelve a casa.  Recupera el juicio tras una fiebre de seis días que lo vence física y sicológicamente.  Renuncia el ideal caballeresco y admite que fue una locura equivocada: “Y, volviéndose a Sancho, le dijo: -Perdóname, amigo, de la ocasión que te he dado de parecer loco como yo, haciéndote caer en el error en que yo he caído, de que hubo y hay caballeros andantes en el mundo” (1102).  Mientras sus amigos lo tratan de animar con promesas de más aventuras de caballería andante, Don Quijote les dice que los tiempos han cambiado y que él ha cambiado: “-Señores -dijo Don Quijote-, vámonos poco a poco, pues ya en los nidos de antaño no hay pájaros hogaño: Yo fui loco y ya soy cuerdo; fui don Quijote de la Mancha y soy ahora, como he dicho, Alonso Quijano el Bueno” (1103).

Al final de El país bajo mi piel, el fracaso del idealismo viene con la derrota de los sandinistas en las elecciones de 1990.  Cuando su marido estadounidense le propone partir hacia los Estados Unidos, Belli acepta para no tener que ver cómo disuelve la Revolución, pero esta decisión de refugiarse en los Estados Unidos la aleja aún más del idealismo revolucionario:

Al decidirme a acompañar a Carlos me atormenté más de alguna vez pensando que me volvía leve, complaciente, que asumía la actitud que se ha dado en llamar “realista”, de colgar los guantes y resignarse a aceptar que perdimos la batalla o, en el mejor de los casos, que será a otros a quienes les tocará luchar por las nuevas utopías.  (Belli 408)

Sólo que en el caso de Gioconda Belli hay la posibilidad de vivir dos vidas; en vez de morirse ella regresa cada cuatro meses a Nicaragua.  Gioconda Belli termina su libro con una frase que nos invita a reinterpretar tanto el fracaso del sandinismo como el de Don Quijote en el hipotexto.  Belli nos sugiere que el fracaso puede ser un espejismo: “En Estados Unidos, como en Nicaragua, soy la misma quijota que aprendió, en las batallas de la vida, que si las victorias pueden ser un espejismo, también pueden serlo las derrotas” (Belli 411).

En El país bajo mi piel, Gioconda Belli escribe una nueva versión de Don Quijote de la Mancha como lo hace Pierre Ménard, el personaje de Borges.  Sin embargo, a pesar de que lo que escriben Ménard y Belli emerge en un nuevo contexto histórico y literario, sus textos siguen siendo reconstrucciones de lo anterior.  En el caso de El país bajo mi piel de Gioconda Belli, las instancias en que Belli cuenta su vida como si fuera una Quijota en una novela de caballería se han explorado detenidamente en este análisis.  Se puede concluir que ella escribe una novela de caballería que a la vez es la pura verdad; un testimonio autobiográfico en la manera de Cervantes en Don Quijote de la Mancha.  La transtextualidad de Don Quijote en El país bajo mi piel nos abre un mundo dinámico de interpretación en que los textos hacen eco de otros textos y el lector, por su conocimiento personal de estos, tiene un papel interactivo central en la interpretación de las referencias intertextuales.

Bibliografía

Allen, Graham. Intertextuality. London: Routledge, 2000.

Belli, Gioconda.  El país bajo mi piel: Memorías de amor y guerra.  Barcelona, 2001.

Borges, Jorge L. “Pierre Ménard, Author of Don Quijote.” Don Quixote: Modern

Critical Interpretations. Philadelphia, PA: Chelsea House, 2000.

Cervantes, Saavedra Miguel De, and Francisco Rico. Don Quijote De La Mancha.

Punto de lectura, 2008.

Genette, Gérard. Palimpsests: Literature in the Second Degree. Lincoln: University of

Nebraska, 1997.

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Evelyn Galindo-Doucette es una salvadoreña que se doctora en los estudios culturales centroamericanos en la Universidad de Wisconsin Madison.

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