Análisis forense
Él sabría que enfriamiento, rigidez, livideces y putrefacción del cuerpo debían considerarse. Lo mismo que pruebas entomológicas y la revisión de las lesiones traumáticas del tórax. Habría vislumbrado que la posición del cuerpo demostraba que se trataba de un asesinato. La forma de los hematomas, el número de las heridas, la dirección de la lesión cutánea y su profundidad daban cuenta de un ataque. La sangre, el desorden y los vidrios rotos, también. Le habría gustado explicarlo al fiscal en la escena del crimen, pero tenía el cuerpo frío y yacía sobre el piso irremediablemente muerto.
El buen abogado
El defensor me interrogó toda la tarde. Hizo cientos de preguntas queriendo justificar mi delito con el móvil de trastorno de ansiedad por separación. Después intentó encontrar un delirium que explicara mi proceder y hasta buscó por el lado de una demencia progresiva y crónica. Quiso incluso hacerme creer que podía sufrir de esquizofrenia. A esas alturas, yo sentía ganas de matarlo, igual que a ella, sólo de aburrido.
Reconstitución de escena
El funcionario en la caja del banco era el mismo del día del asalto. Los clientes también y estaban ordenados en la fila igual que el día del atraco. La hora que el juez eligió para reconstituir la escena coincidía al minuto. El guardia elegido era físicamente idéntico en estatura, contextura y, quizás, edad al que maté durante el robo. Sólo una cosa era distinta: el inculpado del delito al que le pedían que describiera los hechos. Él no se parecía en absoluto a mí, pero claro, eso yo no iba a contárselo a mis compañeros de la PDI.
Estimados soy Celia Rojas periodista de Fabula, productora de cine y tv.
Estamos realizando programa cultural. Para uno de nuestros capítulos, queremos entrevistar a Martín Pérez Ibarra.
¿Serían tan amables de poder ayudarme con su contacto? Un abrazo. Quedo atenta! Celia.